
Una familia británica y estadounidense vivió momentos de pánico cuando un paquidermo volcó sus canoas en el Delta del Okavango.
Turistas sobreviven a embestida de elefante en safari africano
Un recorrido turístico por el Delta del Okavango, en Botswana, terminó en un episodio de terror el pasado 27 de septiembre, cuando un elefante enfurecido embistió a un grupo de visitantes extranjeros. La agresión ocurrió en medio del Día Mundial del Turismo y dejó a los viajeros frente a una doble amenaza: el ataque del animal y la presencia de cocodrilos en el río.
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De acuerdo con imágenes difundidas por el Daily Mail, la situación se originó cuando guías locales, a bordo de las tradicionales canoas makoro, se aproximaron demasiado a una hembra de elefante que cuidaba a sus crías. Un macho emergió de entre la vegetación y embistió con fuerza, provocando que las embarcaciones se volcaran.
Una de las turistas fue sumergida bajo el agua por el animal, que la golpeó con la trompa antes de perderla de vista en la corriente turbia. Su esposo consiguió ponerla a salvo y ambos alcanzaron la orilla.
Un ex guardabosques sudafricano consultado por la prensa británica señaló que “los cuatro pudieron haber muerto fácilmente” y resaltó la fortuna de la víctima al escapar tanto de los colmillos como de una posible asfixia. Otro testigo local añadió que, de no haber sido por la confusión del elefante, los cocodrilos o hipopótamos de la zona habrían representado un riesgo mortal.
Aunque nadie resultó herido de gravedad, los turistas perdieron cámaras y teléfonos de alto valor. La empresa organizadora del safari no ha sido identificada y las compañías del sector evitaron pronunciarse.
Un debate sobre la seguridad en safaris
Este incidente se suma a otros ocurridos recientemente en África. En julio, una elefanta casi volcó un bote en la misma región, y en Zambia dos visitantes, una británica y una neozelandesa, perdieron la vida tras ser embestidas en un safari a pie.
El Delta del Okavango, declarado Patrimonio de la Humanidad, recibe más de 2 millones de turistas cada año y es considerado uno de los principales destinos para observar fauna salvaje. La zona alberga elefantes africanos, hipopótamos y cocodrilos, especies que atraen visitantes pero que también representan riesgos.
Los elefantes africanos, con una población estimada en 415,000 ejemplares, son los animales terrestres más grandes del planeta y pueden alcanzar velocidades de hasta 40 km/h. De acuerdo con registros internacionales, causan alrededor de 500 muertes humanas al año.
El ataque en Botswana evidencia nuevamente que los safaris, aunque ofrecen experiencias únicas, también conllevan un alto nivel de peligro cuando se cruza la delgada línea entre la aventura turística y la vida salvaje.
Con información de Excelsior