Search
Close this search box.

En corto: la CDMX, la joya más deseada

Raúl García Araujo

La elección para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México no será para Morena un día de campo, sino que, por primera vez, a casi tres décadas, de que la “izquierda” mexicana gobierna la ciudad, está en riesgo de perderla.

En su agenda política de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador se planteó como reto arrebatar la gubernatura del Estado de México al PRI, ya que esto le daría tranquilidad para entregar el bastón de mando a quien sabemos es la virtual candidata presidencial del partido guinda, Claudia Sheinbaum Pardo.

Después de ocurrir esto, ahora está metido de lleno en quién debe ser la o el candidato de Morena en la capital del país, que es su bastión político más importante ya que por ninguna razón quiere que se reedite lo ocurrido en 2021, cuando por confianza o descuido, -yo diría por arrogancia- perdieron casi la mitad de las alcaldías, así como escaños tanto en la Cámara de Diputados local como en la federal.

Al aprender la elección y saber que a pesar de los mensajes que lanza todos los días desde Palacio Nacional en la conferencia mañanera, López Obrador tiene claro que para este 2024 se debe contar con un perfil que no sólo tenga la aprobación de las clases populares, sino también de la clase media e informada con la que cuenta la capital del país, y que es principal clientela del panismo.

El presidente tiene claro que, sin este escenario, quizá dejaría en manos de la alcaldesa con licencia de Iztapalapa, Clara Brugada, la definición de esta candidatura, primero porque ella ha trabajado durante varios años para obtenerla, y segundo porque es izquierdista de cepa.

Prueba de esto es la transformación total que hizo en Iztapalapa, en donde no sólo rescató zonas olvidadas de la demarcación, sino también transformó vialidades que hoy hacen que se sienta una atmósfera distinta. La alcaldía era utilizada por políticos sólo como botín para sus intereses.

Sin embargo, ante el avance real de la oposición con figuras jóvenes como los panistas Santiago Taboada y Lía Limón o los priistas, Adrián Rubalcava y Cynthia López, así como los perredistas, Luis Espinosa Cházaro y Nora Arias, sin descartar a la alcaldesa con licencia de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, se vio en la necesidad de lanzar nuevos perfiles al ruedo para sacar a su mejor candidato que compita con ellos en la elección del próximo año.

En este entendido, no es que Clara Brugada represente el fracaso de Morena en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, sino que el presidente López Obrador está planteando, no sólo ganar la elección sino llevarse el carro completo como ocurrió en el tsunami electoral de 2018.

Es por ello que abrió a Omar García Harfuch la candidatura al tan anhelado puesto por Brugada. Lo que vio en el ex jefe de la policía capitalina, primero que es un funcionario disciplinado, valiente y ordenado.

Segundo que es un aliado incondicional de su candidata presidencial y tercero, quizá en este momento más importante, que conecta con las clases medias a las cuales quiere llegar para la consolidación de su movimiento de la Cuarta Transformación.

López Obrador tenía claro que la definición de García Harfuch traería consigo una cascada de acusaciones sobre su participación en el caso de los 43 jóvenes de Ayotzinapa; sin embargo, también dejó que fluyera la embestida contra él para conocer de qué madera está hecho el ex secretario de Seguridad Ciudadana, para medir su temple ante los medios de comunicación que no lo han dejado desde que anunció que iba por la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México.

Lo que sí hizo la semana pasada, fue bajar de este proceso al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado y para ello, le pidió a Claudia Sheinbaum Pardo que lo convenciera en su gira por Chiapas, para que públicamente rechazara la postulación, lo cual hizo el morenista de inmediato.

Hizo lo propio con el futbolista gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, que lejos de representar positivos para el movimiento, tiene puros negativos y más bien lo ocupa como ejemplo de lo que no se debe hacer en el ejercicio de gobierno.

Las candidaturas del ex subsecretario de Salud, Hugo López Gatell y Mariana Boy, titular de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial de la capital, son de caramelo. El primero recibirá un premio de consolación con un escaño en la Cámara de Diputados local y la segunda, formará parte de la nueva estructura de gobierno en caso de ganar la elección.

La disputa real es entre Clara Brugada y Omar García Harfuch, que pronto tendrán que medir fuerzas para ver quién de los dos se queda con tan importante designación que involucra de manera directa al presidente Andrés Manuel López Obrador.

En Cortito: Nos cuentan que el municipio de Tlalnepantla representa un bastión priista difícil de arrebatar, esto por el trabajo constante que ha emprendido el alcalde Marco Antonio Rodríguez. Nos dicen que Morena tiene pocas posibilidades de recuperar el próximo año este municipio que perdió de la mano de Raciel Pérez Cruz. Lo que ocurre en la localidad es que Tony Rodríguez ha construido importantes relaciones tanto en el ámbito político como en materia de seguridad. Prueba de ello es la importante colaboración con el gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, así como también con el de la gobernadora Delfina Gómez, además de las importantes inversiones que hizo para combatir a la delincuencia, como fue la construcción de dos Centros de mando “C4 Poniente y C4 Oriente”, en donde se realiza el monitoreo de 2,605 cámaras de videovigilancia, 130 casetas de videovigilancia y 448 botones de pánico que ha permitido la rápida respuesta ante una emergencia. Hace unos días, gracias a las cámaras de videovigilancia y botones de pánico rescataron a dos niños que estaban perdidos en el municipio.

Síguenos en Twitter

Mas Noticias