
El retroceso de un glaciar en la Isla Rey Jorge permitió localizar los restos y pertenencias de Dennis “Tink” Bell, meteorólogo perdido hace 66 años.
Un equipo de investigadores polacos descubrió en la Isla Rey Jorge, Antártida, los restos de Dennis “Tink” Bell, un meteorólogo británico que desapareció hace más de seis décadas. El hallazgo ocurrió entre las rocas al descubierto por el retroceso de un glaciar en la bahía del Almirantazgo, donde Bell cayó en una grieta el 26 de julio de 1959, perdiendo la vida a los 25 años.
Te puede interesar: De secundaria a preparatoria: cómo apoyar la salud emocional de los adolescentes en la transición escolar
Bell formaba parte del Servicio de las Dependencias de las Islas Malvinas (FIDS), antecesor del British Antarctic Survey (BAS). Desde su desaparición, su cuerpo nunca había sido recuperado.
Junto con los restos humanos, los expertos encontraron más de 200 objetos personales, entre ellos equipo de radio, una linterna, bastones de esquí, un reloj de pulsera con inscripciones, un cuchillo sueco y una boquilla de pipa.
Los restos fueron trasladados a Londres para realizar análisis genéticos bajo la supervisión de la profesora Denise Syndercombe Court, especialista en genética forense del King’s College. Las pruebas confirmaron la identidad de Bell con una certeza extremadamente alta, comparando el ADN con muestras de sus familiares vivos.
Este descubrimiento se produjo en el glaciar Ecology, uno de los más monitoreados en la Isla Rey Jorge. El retroceso de sus hielos, documentado por el Instituto de Biogeografía de la Universidad de Łódź y otras instituciones polares, se atribuye al aumento de la temperatura regional en aproximadamente 2.5 °C desde 1950, una de las más rápidas a nivel global.
El FIDS, responsable de la exploración antártica británica entre 1943 y 1962, fue la entidad para la que Bell trabajaba antes de transformarse en el BAS.
Este caso representa uno de los primeros en que restos humanos son recuperados en el continente gracias al deshielo, fenómeno que también ha sacado a la luz vestigios de fauna, campamentos y equipos de expediciones históricas en los últimos diez años.
Con información de Excelsior