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¿Es real el coronavirus? La ignorancia es temeraria y aún no hay vacuna contra ella… #ElOpinador

La crisis por la pandemia del coronavirus Covid-19 ha dejado ejemplos de que la ignorancia es temeraria pero la oligofrenia no tiene límites

En estos días hemos visto a muchas personas diciendo que esto del coronavirus es puro cuento. A grupos llamando a no seguir las reglas porque sufriría la economía. A individuos catalogando de güevones a quienes se queden en casa cumpliendo la cuarentena.

A gremios burlándose de los que salen a trabajar por necesidad, o negando el servicio a médicos o enfermeras porque podrían contagiarlos. Y multitudes amenazando con quemar hospitales que atienden a pacientes por CoVid-19.

Ejemplos de que la ignorancia es temeraria pero la oligofrenia no tiene límites. Dejando claro, una vez más, que el menor de nuestros problemas, es este virus que busca acabar con nosotros.

Pues a diferencia de la pandemia, no hay medicina o tratamiento que cure la estupidez y peor aún, pareciera que nadie está interesado en buscar una vacuna.

Sin embargo, también está pasando algo increíble allá afuera. Pues no había transcurrido mucho tiempo de que se cerraran las escuelas, cuando un gremio privilegiado de instituciones, estudiantes y profesores, se dieron a la tarea de abrir aulas virtuales para continuar con la educación.

Maestros tratando de entender cómo funciona la tecnología y alumnos valorando esos recreos, la convivencia con sus compañeros y la magia de contar con un salón donde poder aprender.

La educación se está reinventando, demostrando soluciones ante este nuevo desafío. En busca de continuar ofreciendo la medicina que podría acabar con todos nuestros males. Conocimiento que rompa barreras, escuelas abiertas más allá de los edificios.

Y en donde la relación entre los alumnos y los maestros se consolide como pocas veces en la historia. Quizá con errores, pero seguro con más propuestas que nunca.

Una vez más, el conocimiento y la educación se abre camino ante la adversidad. Por ello, alumnos, ustedes que pueden, aprovechen, pregunten, participen, propongan, lean y pónganse como objetivo no ser la misma persona al final de esta pandemia. Para que cuando les pregunten cómo fue vivir el 2020, puedan presumir que formaron parte del cambio, y que ayudaron al mundo desde la mejor trinchera en un conflicto, esa que está detrás de los libros y del pensamiento colegiado.

Ojalá el conocimiento fuera igual de accesible para todos, quizá esa podría ser la segunda gran tarea por cumplir. Pero por lo pronto se ha dado un gran paso en esta crisis que ha traído muertos y desunión.

Así que antes de calificar o denostar al otro, pregúntate qué te toca hacer en esta situación, argumenta tu opiniones más allá de lo que te contó tu vecino y de paso deja de ser parte del problema y conviértete en esa anhelada y muy necesaria solución. 

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