
Siete drones y un caza se han perdido en medio de la ofensiva estadounidense en Yemen, que también ha provocado decenas de muertes civiles en Saná
La campaña militar que Estados Unidos mantiene en Yemen desde hace más de un mes ha derivado en pérdidas económicas considerables y en crecientes cuestionamientos por sus consecuencias humanitarias. Desde mediados de marzo, al menos siete drones MQ-9 Reaper han sido destruidos en distintas operaciones contra los rebeldes hutíes, según confirmó un funcionario del gobierno norteamericano.
Cada uno de estos vehículos no tripulados tiene un costo estimado de 30 millones de dólares y está diseñado para realizar misiones de vigilancia y ataque. La última pérdida registrada ocurrió el 22 de abril, aunque las causas no han sido reveladas. Se trata de uno de los episodios más costosos para las fuerzas armadas estadounidenses en términos de equipos perdidos en operaciones recientes.
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El MQ-9 Reaper es capaz de mantenerse en vuelo por más de 27 horas continuas y puede portar armamento de alta precisión, incluyendo misiles AGM-114 Hellfire y bombas guiadas por láser del tipo GBU-12 Paveway II.
Caza al mar durante maniobras
En un incidente separado, la Marina estadounidense informó que un avión F/A-18E Super Hornet cayó al mar Rojo desde el portaaviones USS Harry S. Truman. La aeronave, valuada en más de 67 millones de dólares, se precipitó al océano luego de que un vehículo tractor que la remolcaba se deslizara accidentalmente. En ese momento, el piloto no se encontraba a bordo. Un marinero resultó herido, pero su estado es reportado como estable.
Ataques aéreos en Saná dejan decenas de muertos
Mientras tanto, la escalada de bombardeos en territorio yemení ha cobrado un alto costo en vidas humanas. Un ataque lanzado sobre Saná alcanzó un centro de detención de migrantes africanos. De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), al menos 68 personas murieron, entre ellas mujeres y niños, y decenas más resultaron heridas.
El gobierno de Estados Unidos ha señalado que se encuentra investigando los informes sobre posibles víctimas civiles. “Estamos revisando cuidadosamente los reportes sobre el incidente”, fue la respuesta oficial emitida hasta el momento.
Desde enero hasta abril de 2025, Estados Unidos ha realizado más de 820 incursiones aéreas en Yemen. Estos ataques han estado dirigidos principalmente a infraestructura militar utilizada por los hutíes, y según estimaciones oficiales, han causado la muerte de por lo menos 400 combatientes.
Crisis en el mar Rojo afecta comercio global
Los hutíes, con respaldo del gobierno iraní, han justificado sus acciones armadas contra buques en el mar Rojo como una respuesta a los acontecimientos en Gaza, donde la situación palestina ha generado una ola de apoyo en varias regiones del mundo árabe.
Como resultado de estos ataques, el tráfico marítimo en el canal de Suez ha disminuido aproximadamente un 35% desde noviembre de 2024, según la Cámara Internacional de Navegación (ICS). Las consecuencias económicas se han hecho sentir en los mercados internacionales, con un aumento de hasta 20% en los costos de transporte de mercancías, lo que a su vez ha exacerbado las presiones inflacionarias tanto en Europa como en América del Norte.
Un conflicto sin solución inmediata
El conflicto en Yemen, prolongado por más de una década, sigue siendo uno de los frentes más complejos del actual escenario geopolítico. La intervención militar de Estados Unidos, las acciones ofensivas de los hutíes y el involucramiento indirecto de otras potencias regionales han alimentado una espiral de violencia que afecta no solo a la región, sino también al comercio global y a la estabilidad política en Medio Oriente.
Hasta el cierre de abril, no hay señales claras de una desescalada en las hostilidades, mientras aumentan las preocupaciones sobre el impacto humanitario y económico de un conflicto que se ha recrudecido con fuerza en 2025.