
España atraviesa un verano devastador por incendios forestales, con más de 100 mil hectáreas quemadas, al menos tres muertos y miles de evacuados
España vive un verano sin precedentes en cuanto a incendios forestales. Hasta la fecha, más de 100 mil hectáreas han sido arrasadas por el fuego, superando en solo unos días la superficie quemada durante todo 2024, según datos del sistema europeo EFF. La primera quincena de agosto registró 115 mil 600 hectáreas afectadas, con llamas activas en seis comunidades autónomas: Castilla y León, Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía, además de focos en Asturias y Madrid. Esta situación crítica llevó a España a solicitar asistencia internacional para combatir los incendios.
La tragedia humana también se refleja en los números: tres personas han perdido la vida mientras intentaban controlar el fuego —un trabajador en Madrid y dos voluntarios en Castilla y León— y cerca de una docena resultaron heridas, algunas con quemaduras graves. Alrededor de 10 mil habitantes han sido evacuados, mientras decenas de viviendas y edificios han sido consumidos por las llamas. Carreteras y vías férreas se han cerrado temporalmente, incluyendo la línea de AVE Madrid-Galicia, mientras un denso humo cubre varias provincias.
El Gobierno español ha desplegado más de 50 medios aéreos y ha recibido apoyo internacional de aeronaves europeas. El Ministerio para la Transición Ecológica mantiene a 600 efectivos y diez brigadas helitransportadas trabajando en la extinción, además de unidades de análisis y planificación. Por su parte, la Unidad Militar de Emergencias (UME) opera al máximo de su capacidad con más de mil militares en el terreno y hasta 3 mil 500 en rotación, apoyados por helicópteros y Chinook para evacuaciones y transporte de material. El Ministerio del Interior movilizó a más de 5 mil agentes de la Guardia Civil y 350 de la Policía Nacional para apoyar la seguridad y evacuaciones.
Las comunidades más afectadas son Castilla y León y Galicia. En Castilla y León, el incendio de Molezuelas de la Carballeda se convirtió en el mayor registrado en España, con 37 mil hectáreas devastadas y más de 8 mil vecinos evacuados. “La situación comienza a estar bajo cierto control: la Junta puede gestionar razonablemente la emergencia con sus propios medios más el apoyo estatal y europeo”, indicaron autoridades locales. En Galicia, Ourense concentra el mayor número de hectáreas calcinadas, especialmente por el incendio de Chandrexa de Queixa, que arrasó 10 mil 500 hectáreas y obligó a evacuar aldeas completas.
Otras regiones también enfrentan incendios severos. En Extremadura, el fuego de Jarilla superó 4 mil 600 hectáreas y obligó a evacuar tres localidades. En la Comunidad Valenciana, el incendio de Teresa de Cofrentes avanzó rápidamente por el monte bajo y el matorral, con evacuaciones preventivas y más de 150 bomberos combatiendo las llamas. Madrid, Andalucía y Asturias también registraron incendios que afectaron viviendas, infraestructuras y miles de hectáreas.

La combinación de olas de calor, sequías prolongadas y vientos fuertes ha creado condiciones extremas para que el fuego se propague. Greenpeace advirtió que el cambio climático no inicia los incendios, pero los hace “más frecuentes, intensos y difíciles de controlar”, y resume la ecuación del desastre como “más calor, más viento y menos humedad”. Además, uno de cada cuatro incendios podría ser provocado por la acción humana, desde pirómanos hasta negligencias con barbacoas o colillas mal apagadas.
Hasta ahora se han efectuado cuatro detenciones relacionadas con incendios provocados en distintos puntos del país, mientras el resto de los siniestros continúan bajo investigación. España encara todavía semanas críticas de incendios con altas temperaturas y vegetación seca, donde cada día sin lluvia representa un riesgo para la población y el medio ambiente.