
Estados Unidos duplicó sus fuerzas militares en Los Ángeles y desplegó 700 marines para contener protestas masivas contra las redadas migratorias, que ya suman cuatro días de enfrentamientos y decenas de arrestos.
En respuesta a las protestas masivas en Los Ángeles, que comenzaron tras las redadas federales del pasado viernes, el gobierno de Estados Unidos ha incrementado considerablemente su presencia militar en la ciudad californiana. Ayer, se sumaron dos mil elementos adicionales de la Guardia Nacional y 700 marines, elevando a 4,700 el total de efectivos desplegados para controlar las manifestaciones.
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La movilización tiene como objetivo apoyar a la Fuerza de Tarea 51, que protege al personal y bienes federales en el área metropolitana, y busca contener los disturbios que han acompañado las protestas en defensa de los migrantes.
El presidente Donald Trump defendió la medida señalando que fue indispensable para evitar daños mayores en Los Ángeles. “Si no hubiéramos actuado, la ciudad habría sido devastada”, afirmó en un mensaje transmitido desde la Casa Blanca. Asimismo, criticó a las autoridades locales, como el gobernador de California, Gavin Newsom, y la alcaldesa Karen Bass, acusándolos de no agradecer el apoyo federal y de “mentirle a la población”.
Desde que comenzaron las manifestaciones, provocadas por la detención de 45 personas, principalmente de origen mexicano, en operativos migratorios, las protestas no han cesado. Durante estos cuatro días, al menos 74 personas han sido arrestadas por presuntos actos de vandalismo, saqueos y violencia, de acuerdo con informes oficiales.
Las calles de Los Ángeles han sido escenario de confrontaciones entre manifestantes y fuerzas de seguridad, así como de choques entre simpatizantes y opositores del presidente Trump. Frente a un centro de detención federal, los protestantes corearon consignas contra la Guardia Nacional mientras algunos lanzaban piedras y golpeaban vehículos policiales.
Por su parte, el jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, declaró que la situación se mantiene bajo control a pesar de la tensión constante. Entre los detenidos se encuentra David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios, quien fue liberado tras pagar una fianza de 50 mil dólares y deberá enfrentar cargos relacionados con conspiración para obstruir la labor policial.
En contraste con el gobierno federal, el gobernador Newsom calificó el despliegue militar como un intento de “provocar caos” y cuestionó la necesidad de tal medida, mientras la Casa Blanca argumentó que el presidente actuó conforme al Título 10 para el despliegue de la Guardia Nacional.
La situación sigue siendo crítica en Los Ángeles, donde la tensión entre autoridades, manifestantes y la comunidad migrante continúa escalando, reflejando el profundo debate nacional en torno a la política migratoria estadounidense.
Con información de Excelsior