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¿Estás seguro de que sabes cómo lavarte las manos?

Unas manos sin lavar pueden contener diferentes tipos de bacterias transmisoras de enfermedades, de ahí que sea fundamental mantener una buena higiene

Hoy se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, una fecha que estipuló en 2008 la OMS y la Organización Panamericana de Salud, para concienciar a la población sobre la importancia que tiene este sencillo gesto a la hora de proteger nuestra salud.

Unas manos sin lavar pueden contener diferentes tipos de bacterias transmisoras de enfermedades, de ahí que sea fundamental mantener una buena higiene.

 

¿Por qué es tan importantes tener las manos limpias?

Las manos son la principal vía de transmisión de gérmenes, pudiendo ocasionar infecciones gastrointestinales, respiratorias y de contacto. Según la ONG Intermon Oxfam, cada año mueren en el mundo miles de personas por culpa de infecciones que podrían prevenirse con una correcta higiene de manos.

Nuestras manos tocan a diario decenas y decenas de superficies contaminadas con microbios (teléfono celular, picapuertas, pasamanos, llaves de la luz, wc, transporte público y un largo etcétera), que luego propagamos tocándonos la nariz, boca y ojos, o manipulando alimentos o bebidas.

Según informes, nos tocamos los ojos, la nariz y la boca una media de 25 veces cada hora sin darnos cuenta, por lo que son muchas las enfermedades que podríamos transmitir si la higiene de nuestras manos es deficitaria.

Si ponemos nombre a las enfermedades que podrían evitarse con un correcto lavado de manos estarían aquellas como gripe común, gripe A, resfriados, neumonía, tosferina, bronquiolitis, bronquitis, hepatitis A y E, gastroenteritis, gastritis, toxoplasmosis, enfermedad mano-pie-boca, lombrices intestinales, salmonelosis, infecciones oculares… y así hasta 200 enfermedades, algunas muy habituales en niños pequeños.

¿Cuándo se lavan?

Un contacto razonable con bacterias y gérmenes es algo normal y necesario para desarrollar el sistema inmunológico y las defensas, pero aunque el lavado de manos no debería convertirse en una obsesión, es fundamental tener precaución ante ciertos momentos, como por ejemplo:

  • Antes de cocinar o manipular alimentos, pues la contaminación de los mismos puede provocar una amplia gama de enfermedades y brotes, muchos de los cuales son especialmente peligrosos para los niños pequeños.
  • Antes de amamantar a un bebé o prepararle un biberón.
  • Antes de comer.
  • Después de ir al baño o cambiar el pañal a un bebé (ya sea en un baño público o privado).
  • Tras el contacto con animales.
  • Después de toser, estornudar, sonarse la nariz.
  • Antes de tocar a un bebé.
  • Después de fumar.
  • Después de tocar basura.
  • Tras el contacto con tierra (por ejemplo, al llegar de jugar en el parque, tras realizar labores de jardinería…).
  • Tras la manipulación de productos químicos para la limpieza del hogar.
  • Después de pasar el día fuera de casa, o tocando cosas o superficies públicas.
  • Los niños pequeños deben lavarse las manos con relativa frecuencia, pues es habitual que se lleven las manos a la boca, nariz y ojos constantemente.

¿Cómo se lavan?

  • Primero hay que mojar las manos con agua limpia
  • Después, enjabonarlas y hacer espuma, asegurándonos que también limpiamos el dorso de las manos, entre los dedos y bajo las uñas
  • Hay que restregar las manos al menos durante 40-60 segundos.
  • A continuación, aclarar las manos por completo con agua limpia
  • Secarse muy bien las manos, ya que cuando están húmedas se transfiere con más facilidad las bacterias. Hemos de tener muy en cuenta también que la toalla con la que nos sequemos esté limpia y se renueve con frecuencia, así como tener una por persona.

Si estamos fuera de casa y no tenemos acceso al agua y al jabón, se puede utilizar una solución de base alcohólica, frotando durante al menos 15 segundos, o hasta que el producto se haya absorbido por completo.

 

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