
El alpinista filipino Philipp Santiago falleció en el Campamento IV del Everest, convirtiéndose en la primera víctima mortal de la temporada 2025
La temporada de ascensos al Monte Everest en 2025 registró su primera tragedia con la muerte del alpinista filipino Philipp Santiago, quien perdió la vida tras alcanzar el Campamento IV, a más de 7,900 metros de altitud. La noticia fue confirmada por autoridades de Nepal, quienes informaron que el cuerpo del montañista permanece en esa zona debido a las complicadas condiciones que dificultan su recuperación.
Santiago, de 45 años y de profesión ingeniero, participaba en la expedición organizada por Mountaineering Association of Krishnanagar y Snowy Horizon Treks, en su intento por conquistar la cumbre más alta del planeta. El miércoles 14 de mayo, llegó a la llamada “zona de la muerte”, donde las condiciones extremas y la escasez de oxígeno hacen especialmente riesgoso el trayecto. Pocas horas después de arribar, colapsó por agotamiento y falleció.
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“Murió en el lugar donde descansaba”, declaró a la agencia AFP Bodha Raj Bhandari, representante de Snowy Horizon Treks and Expedition, empresa a cargo del operativo que ahora intenta trasladar el cuerpo de regreso al campamento base.
La noticia conmocionó tanto a la comunidad montañista como a sus familiares y amigos. Su primo, el periodista Emil Sumangil, expresó en redes sociales su pesar y pidió oraciones por su alma. Santiago no solo buscaba cumplir el sueño de alcanzar el Everest, también quería visibilizar causas como el acceso a agua limpia en Filipinas y la lucha contra el cáncer infantil.
Con la temporada de primavera en curso desde el 9 de mayo, Nepal ha expedido este año 456 permisos para escalar el Everest. Sumando a los guías y equipos de apoyo, se estima que alrededor de 900 personas recorrerán la misma ruta en las próximas semanas.
Escalar el Everest: una hazaña que implica riesgos mortales
El Monte Everest, con sus 8,849 metros de altitud, impone un desafío físico y mental extremo a quienes intentan llegar a su cumbre. A partir de los 8 mil metros se entra en la zona denominada “de la muerte”, donde el aire es tan delgado que los niveles de oxígeno no permiten que el cuerpo humano sobreviva por tiempo prolongado sin asistencia. A esto se suman las temperaturas bajo cero y los repentinos cambios de clima que pueden poner en riesgo cualquier expedición.
Pese al entrenamiento y la experiencia, cada temporada ocurren incidentes fatales. En muchos casos, los montañistas fallecen por mal de altura, edema pulmonar o cerebral, hipotermia o extenuación.
La muerte de Santiago se suma a la lista de escaladores que han perdido la vida en el intento de alcanzar la cima del mundo, dejando una profunda reflexión sobre los límites del cuerpo humano, el espíritu aventurero y los riesgos reales que implica esta práctica.