
Inah Canabarro Lucas, considerada la persona más longeva del mundo, falleció en Brasil a los 116 años, dejando un legado de fe, docencia y resiliencia
Brasil y el mundo despiden a una figura centenaria de la fe y la educación. Inah Canabarro Lucas, una monja brasileña que recientemente había sido reconocida como la persona más longeva del planeta, murió este miércoles 30 de abril a los 116 años de edad en la ciudad de Porto Alegre, capital del estado de Río Grande del Sur.
El fallecimiento fue confirmado por la Congregación de las Hermanas Teresianas, comunidad religiosa con la que compartía residencia desde hace décadas. La noticia generó reacciones de respeto y admiración por parte de la comunidad católica, así como de investigadores especializados en longevidad.
Nacida el 8 de junio de 1908 en São Francisco de Assis, Inah sostenía que su verdadero cumpleaños era el 27 de mayo de ese mismo año. Pese a las dudas médicas sobre su salud en la infancia, superó numerosas adversidades, construyendo una vida marcada por la espiritualidad, el compromiso con la enseñanza y una sorprendente resistencia física.
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A comienzos de 2025, Canabarro Lucas fue oficialmente reconocida como la decana de la humanidad —el término usado para la persona viva más anciana del planeta— por el Gerontology Research Group (GRG) y la organización LongeviQuest, luego del fallecimiento de la japonesa Tomiko Itooka, también a los 116 años.
La trayectoria de Inah Canabarro abarcó casi todo el siglo XX y parte del XXI, con una vida estrechamente ligada a la docencia religiosa. Bisnieta del general David Canabarro, figura emblemática en la Guerra de los Farrapos, Inah provenía de una familia con raíces militares. La muerte de su padre en la Revolución brasileña de 1923 fue uno de los acontecimientos que marcó su juventud.
Fue en el internado Santa Teresa de Jesús, en Santana do Livramento, donde comenzó su camino religioso. Más tarde, en 1928, se trasladó a Montevideo, Uruguay, donde se convirtió en novicia. En 1930 regresó a Brasil y comenzó a enseñar portugués y matemáticas en una escuela del barrio Tijuca, en Río de Janeiro.
Durante la década de 1940, volvió a su ciudad natal para continuar su labor educativa. Uno de los hitos más curiosos de su vida fue haber sido profesora del general João Figueiredo, quien posteriormente se convirtió en el presidente número 30 de Brasil.
Con el paso de los años, su longevidad la convirtió en un referente de la vida plena. En 2022, la Academia Luso-Brasileña de Letras de Río Grande del Sur la declaró “inmortal”, en reconocimiento a su legado educativo y espiritual. Ese mismo año, Inah superó la infección por COVID-19, episodio que captó la atención de medios internacionales y reforzó su imagen como símbolo de resistencia.
Su fallecimiento, a los 116 años y 326 días, fue atribuido a causas naturales. Con su partida, el mundo pierde a una mujer cuya vida cruzó tres siglos y varios momentos históricos clave, desde las guerras en Brasil hasta la pandemia global.
A pesar de su avanzada edad, Inah conservaba una lucidez notable. Las Hermanas Teresianas destacaron que hasta sus últimos días mantuvo la fe y la serenidad que la caracterizaban.
La comunidad religiosa, junto con representantes de instituciones educativas y admiradores de su trayectoria, preparan un homenaje en su memoria. Por ahora, el legado de Inah Canabarro Lucas permanecerá como ejemplo de longevidad, vocación y fortaleza espiritual.