
Florinda Meza afirmó que en otra dimensión Roberto Gómez Bolaños sigue vivo, combinando recuerdos íntimos con teorías de la física cuántica
Durante una charla con la periodista Adela Micha, la actriz abrió su corazón y habló de cómo percibe la presencia de Chespirito, fallecido en 2014. Lejos de hablar de fantasmas o apariciones, expresó que cree en la posibilidad de universos alternos donde su compañero de vida aún existe. “Lo que sí puede suceder es que en otra dimensión Roberto todavía está vivo”, comentó.
La conversación nació a partir de una anécdota con su familia. Meza recordó que en una reunión confundió su edad al decir: “Yo soy una vieja… estoy a punto de cumplir 96 años”. Sorprendida por lo dicho, preguntó quién lo había pronunciado y uno de sus sobrinos bromeó respondiendo “Ay, Roberto”. Para su hermana y su cuñado, aquello fue un indicio de que los fallecidos pueden comunicarse con los vivos.
Ese episodio la hizo evocar las palabras de Gómez Bolaños, quien solía decirle: “Tú y yo vamos a llegar a viejos, voy a morir antes que tú, pero voy a ser un viejito de 96 años y tú una viejita flaca, elegante, agilita”. Aunque el comediante murió a los 85 años, su viuda sostiene que en otra línea temporal aquella promesa aún podría cumplirse.
Para dar sustento a su idea, Florinda Meza mencionó a Werner Heisenberg y Erwin Schrödinger, dos figuras clave de la física cuántica. “Es muy interesante enterarse de sus teorías del tiempo (…) puede haber varias dimensiones en este mismo momento”, señaló, asociando estas interpretaciones con la posibilidad de que Chespirito exista en otro plano.
No obstante, lo citado por la actriz no corresponde con exactitud a los aportes de los físicos. Heisenberg formuló el principio de incertidumbre, mientras que Schrödinger desarrolló su famosa ecuación de onda y el experimento mental del “gato de Schrödinger”. Ninguno de ellos habló de “cuerdas del tiempo” o dimensiones paralelas como las mencionadas por Meza.
Por otro lado, la teoría de cuerdas, planteada en los años setenta, sí propone la existencia de dimensiones adicionales, aunque sin relacionarlas con la concepción del tiempo que compartió la actriz.
Más allá de la rigurosidad científica, sus palabras reflejan una forma de mantener vivo el recuerdo de Roberto Gómez Bolaños. Su declaración mezcla amor, memoria y una interpretación personal de la ciencia, lo que para sus seguidores representa tanto un tributo íntimo como una prueba del impacto cultural de Chespirito en varias generaciones.