Funda una terapia de conversión para homosexuales, después sale del clóset

Las terapias de conversión para homosexuales son condenada por la Asociación Americana de Psicología y está prohibidas en 18 estados de EEUU

El hombre que fundó Hope for Wholeness (Esperanza de integridad, en inglés), uno de los grupos más importantes en EEUU de terapia de conversión de homosexuales, ha confesado que es gay.

McCray Game, de 51 años, salió del clóset en junio de este año al hacer una publicación en Instagram.

Así lo declaró durante una entrevista para el diario Post and Courier, donde también afirmó que a los 11 años solía ponerse la ropa de su hermana sin que nadie lo viera y sufría acoso por parte de sus compañeros de escuela, debido a sus cualidades más “femeninas”.

Cuando tenía 18 años, McCray Game conoció a un hombre con el que desarrolló una relación íntima. Pero luego se arrepintió, porque creía que la homosexualidad y el cristianismo sean incompatibles.

Durante unos seis años, visitó a un especialista gracias al cual logró “controlar” su orientación. En 1996, se casó con una joven a la que conoció en la iglesia, y tuvieron dos hijos.

Luego pasó más de 20 años prometiendo a los clientes “liberarlos de la homosexualidad” en sus centros, donde practicaba la terapia diseñada para suprimir o cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona a través de asesoramiento o religión.

Esta práctica, repetidamente condenada por la Asociación Americana de Psicología, actualmente está prohibida en 18 estados de EEUU.

Ahora, Game admite que era “un fanático religioso que lastimaba a la gente” y que su organización “dañó a generaciones de personas”. Según señaló en la entrevista, muchas personas “intentaron suicidarse” por su culpa y por las cosas que les dijo.

Game, que fue expulsado de la organización que él mismo fundó, publicó recientemente un pedido de disculpa en su página personal de Facebook en la que solicitó la suspensión de cualquier práctica de terapia de conversión de homosexuales.

Aunque condenó los métodos, también señaló que un grupo como Hope for Wholeness podría servir como una comunidad para aquellos que creen que “la homosexualidad es incongruente con su fe”.

Este no es el primer caso en el que un miembro de una comunidad de terapias se retira y expresa su arrepentimiento, aunque la mayoría de los casos esto sucede en silencio por miedo a ser juzgados. 

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