
Con apenas 14 años, Lía Yatzil y Mía Zazil Cueva Lobato se alistan para su debut en el Mundial de Deportes Acuáticos en Singapur, apuntando a un futuro olímpico
La historia de las gemelas Lía Yatzil y Mía Zazil Cueva Lobato está marcada por el agua, la disciplina y el sueño olímpico que persiguen desde temprana edad. A sus 14 años, estas jóvenes clavadistas mexicanas se alistan para encarar su primera participación en un Mundial de Deportes Acuáticos, evento que se celebrará esta semana en Singapur y que representa la mayor prueba de sus carreras hasta ahora.
Su madre, Paulina, eligió para ellas nombres que rinden homenaje a princesas mayas, un símbolo que acompaña cada uno de sus saltos en el trampolín mientras construyen su camino hacia los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Desde hace tres años, Lía y Mía dejaron atrás la gimnasia para dedicarse de lleno a los clavados en el CODE Jalisco, entrenadas por Iván Bautista, quien también ha guiado a medallistas como Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez.
“Comenzamos a los siete años. Desde que empezamos a competir más en internacionales, nos fue cambiando la mentalidad, nos hicimos más disciplinadas y hubo más atención en nosotras”, dice Lía Yatzil, quien peina su cabello hacia la derecha para distinguirse de su hermana. Para Mía, la disciplina ha sido clave en su formación: “Nosotras estamos ahí en el CODE de Jalisco, que nos ha ayudado mucho en el tema de la escuela y con el entrenamiento. Cambió nuestra mentalidad, porque antes no eran competencias así tan importantes. Nos volvimos más disciplinadas al pensar en lo que queremos en nuestros objetivos”.
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Su avance ha sido meteórico en una disciplina que exige precisión y fortaleza mental. Con solo 11 años, se integraron al equipo de alto rendimiento de Bautista, participando en Olimpiadas Nacionales y competencias juveniles, hasta lograr en la prueba sincronizada de tres metros su pase al serial de Copas del Mundo, experiencia que les abrió las puertas para competir en Guadalajara. “Ésa fue una experiencia diferente, porque nunca nos había tocado una que hubiera tanta gente y tanto apoyo hacia nosotros”, recuerda Mía, mientras su hermana asiente.
Ahora, con el Mundial de Singapur a la vuelta de la esquina, las gemelas afrontan su mayor reto con emoción: “Estamos muy emocionadas, es la verdad, de poder participar en una competencia grande. Es nuestra competencia más grande… Estamos muy felices”, comparte Mía. La preparación y el enfoque en cada salto se mezclan con la ilusión de convertirse en inspiración para otras niñas, tal como Alejandra Orozco lo fue para ellas. “¡Qué chido, que podamos ser una inspiración! Queremos seguir trabajando muy duro para poder llegar más lejos”, expresa Lía con firmeza.
Su entrenador Iván Bautista es un pilar en su formación, como destaca Lía: “Siempre está ahí con nosotras; siempre nos está apoyando y él también nos ayuda mucho y nos enseña nuevas cosas con los clavados”. Con el objetivo de algún día subir al podio olímpico y sumarse a la lista de mexicanos que han ganado preseas en esta disciplina, las gemelas saben que cada competencia es un paso más en la construcción de su sueño.
Sobre su expectativa para este Mundial, Lía admite que enfrentan la experiencia con nervios, pero también con entusiasmo: “Con un poco de presión, pero también queremos divertirnos y disfrutarlo mucho”. Mientras afinan detalles para su viaje, las gemelas mexicanas, que ya forman parte de las clavadistas más jóvenes en la historia de la FINA, están listas para demostrar que su disciplina, talento y amor por el deporte las pueden llevar a conquistar nuevas alturas en la historia del deporte mexicano.