
Una ola de inundaciones devastadoras en el centro de Nigeria ha cobrado la vida de al menos 115 personas y desplazado a miles de habitantes, con la posibilidad de que estas cifras sigan aumentando.
Los equipos de rescate continúan su búsqueda de desaparecidos tras un fuerte diluvio que azotó la zona en la madrugada entre miércoles y jueves, afectando principalmente al municipio de Mokwa, situado a orillas del río Níger. Este fenómeno climático ha sido calificado como una “inundación sin precedentes” por la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA).
“De momento hemos recuperado 115 cadáveres, y se espera que se recuperen más porque la riada vino de lejos y arrastró a la gente al río Níger”, indicó Ibrahim Audu Husseini, portavoz de NEMA en el estado de Níger, agregando que el número de fallecidos sigue creciendo conforme se recuperan cuerpos río abajo.
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La tragedia ha dejado además a 78 personas hospitalizadas por lesiones, según informó Gideon Adamu, representante de la Cruz Roja local. Medios nacionales señalan que miles de personas fueron forzadas a abandonar sus hogares, mientras que más de 50 niños de una escuela islámica permanecen desaparecidos.
Las autoridades han movilizado a la policía y a las fuerzas armadas para apoyar las labores de rescate, explorando los escombros de las viviendas arrasadas por la fuerza de las aguas. Mohamed Tanko, un funcionario de 29 años, relató la pérdida de al menos 15 miembros de su familia en la destrucción de su casa. “El edificio se fue. Hemos perdido todo”, declaró a la agencia AFP.
Historias como la del pescador Danjuma Shaba, quien perdió completamente su hogar y ahora duerme en un estacionamiento, evidencian la magnitud del desastre. Sabuwar Bala, una vendedora de verduras, relató que tuvo que huir de las aguas vestida únicamente con ropa interior. “No puedo encontrar donde estaba mi casa por la destrucción”, lamentó.
Cada año, Nigeria enfrenta daños severos por inundaciones debido a infraestructura insuficiente y vulnerabilidades climáticas. Este país, con la mayor población de África, está en plena temporada de lluvias que dura aproximadamente seis meses. Expertos advierten que el cambio climático intensifica estos eventos extremos, como ya se evidenció en 2024, cuando más de mil 200 personas perdieron la vida en un episodio similar.