
El arranque de Guillermo Ochoa en el futbol de Chipre fue todo menos ideal, pues en su primer partido oficial con el AEL Limassol, el histórico guardameta mexicano vivió una noche para el olvido al caer 5-0 frente al Omonia, uno de los equipos más competitivos de la liga.
El duelo se complicó desde los primeros minutos: al minuto 21, el portero recibió su primer gol en tierras chipriotas tras una jugada a balón parado que terminó en un doble cabezazo dentro del área, imposible de controlar para la zaga del Limassol. Ese tanto abrió el camino para una jornada adversa para Ochoa y su equipo.
La segunda parte resultó aún más dolorosa. El Omonia aprovechó cada espacio y consiguió cuatro anotaciones adicionales en los minutos 50, 75, 77 y 83. El arquero mexicano tuvo participación directa en al menos dos de esos tantos: en el segundo gol, un disparo se le escurrió por debajo del cuerpo cuando intentó recostarse para atajar, y en el quinto, no logró cortar un centro, lo que permitió al delantero rival cerrar la abultada victoria.
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A pesar del marcador, cabe destacar que el AEL Limassol es un club de media tabla que debutó frente a un rival que atraviesa un gran momento y que, con este triunfo, se colocó como líder del campeonato chipriota. Para Ochoa, el reto apenas comienza y pronto tendrá la oportunidad de revertir esta amarga presentación, ya que su siguiente compromiso será el sábado 27 de septiembre ante el Akritas Chlorakas, un contrincante directo en la clasificación con el que comparte puntos.
La afición mexicana sigue con interés esta nueva etapa en la trayectoria del veterano portero, quien mantiene el objetivo de mantenerse en la élite y ganarse un lugar rumbo al Mundial 2026. Su llegada a Chipre marca un hecho poco común para los futbolistas aztecas, especialmente para los arqueros, pues únicamente Raúl Gudiño había jugado antes en esa liga, defendiendo la camiseta del APOEL Nicosia y convirtiéndose en el primer guardameta mexicano en disputar un partido de Champions League.