
Diez personas murieron y más de 90 resultaron heridas tras la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa, revelando vidas llenas de historias y logros
El pasado 10 de septiembre de 2025, una pipa con capacidad de 49 mil 500 litros de gas LP volcó y explotó en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, Ciudad de México, provocando la muerte de diez personas y dejando más de 90 heridos. Tras la tragedia, familiares y autoridades han compartido la identidad y la historia de las víctimas, revelando el impacto humano detrás del siniestro.
Entre los fallecidos se encuentra Jorge Islas Flores, artista plástico y docente del IPN, quien formaba parte del Personal de Apoyo y Asistencia a la Educación del CECyT 7. Con unas 40 exposiciones individuales en México y el extranjero —Francia, Italia, Colombia y Venezuela—, Jorge tenía aproximadamente 51 años. Su muerte es un golpe para la comunidad educativa y artística.
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José Armando Antillón Cresencio, quien sufrió graves quemaduras, falleció en el Hospital Magdalena de las Salinas. Ana Daniela Barragán Ramírez, estudiante de la FES Cuautitlán, fue confirmada muerta por la UNAM a través de una esquela. Carlos Iván Contreras Salinas, de 29 años, murió en el Hospital Regional Zaragoza del ISSSTE; allegados destacaron su carácter trabajador y solidario.
Óscar Rubén Uriel Cisneros Cortés, de 58 años y originario de Iztapalapa, falleció en el Instituto Nacional de Rehabilitación pese a los esfuerzos médicos. Eduardo Noé García Morales, profesor de Matemáticas en la Secundaria No. 53 “Adolfo López Mateos”, fue recordado por sus estudiantes como un maestro cercano y empático.
Entre los jóvenes víctimas se encuentra Juan Carlos Sánchez Blas, de 15 años, estudiante del primer semestre del CECyT 7, quien regresaba a casa tras sus clases. Irving Uriel Carrillo Reyes, conocido como ‘El Tachi’, de 20 años, falleció tras sufrir quemaduras en el 95% de su cuerpo; era amante del fútbol y jugó en el equipo “Lobos EFAR”.
Misael Cano Rodríguez, de 39 años, trabajador de limpia, murió en el Instituto Nacional de Rehabilitación tras quedar atrapado en su vehículo. Era padre de Tiffany Odette, de 17 años, y abuelo de Isaí, de 18 meses. Su hermano lo describió como “un hombre trabajador, luchón, echado para adelante y confiado siempre”. Finalmente, Juan Antonio Hernández Betancourt aparece en los registros oficiales del Gobierno capitalino como fallecido en el Hospital General Zona 53 del IMSS.
Cada una de estas historias refleja la diversidad de vidas truncadas por la explosión, desde estudiantes hasta trabajadores y maestros. Familias enteras han compartido su dolor, y las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer las causas y ofrecer apoyo a los afectados. La tragedia no solo ha dejado un saldo de muertos y heridos, sino un profundo vacío entre quienes conocieron y amaron a las víctimas.