
La Iglesia católica reconoció logros en seguridad y pobreza en el primer año de Sheinbaum, aunque pidió mayor justicia, transparencia y pluralismo democrático
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) realizó un balance del primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. En su posicionamiento, los obispos destacaron avances en temas de seguridad y combate a la pobreza, aunque advirtieron que persisten retos significativos en justicia, corrupción y fortalecimiento democrático.
En materia de seguridad, señalaron que “constatamos que la estrategia de seguridad propuesta desde hace un año por la presidenta, además de la campaña de desarme y las reformas para combatir el crimen organizado, comienzan a rendir frutos”. Recordaron que, al inicio de la administración, hicieron un llamado a la reconciliación nacional y subrayaron la importancia del diálogo como camino hacia la paz.
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Los obispos reiteraron su disposición de colaborar con el gobierno de la Cuarta Transformación, aunque puntualizaron que la reducción de la violencia debe ir acompañada por un combate frontal a la corrupción, a la que calificaron como un “cáncer social de inimaginables alcances”.
Respecto a la pobreza, consideraron que a pesar del bajo crecimiento heredado de administraciones anteriores, puede observarse “una reducción significativa del coeficiente de desigualdad”. Sin embargo, aclararon que el rezago es tan profundo que aún “se halla lejos de la disminución que nuestro pueblo merece y desea”. Insistieron en que el progreso debe consolidarse a través del empleo digno y el desarrollo, más allá de los apoyos asistenciales.
En el plano internacional, reconocieron el trabajo diplomático del gobierno de Sheinbaum, al destacar que se han evitado conflictos con los principales socios comerciales de México. También exhortaron a “no ceder en la defensa de nuestros connacionales y de toda persona que realiza, con grande y honesto esfuerzo, una labor de carácter migratorio y transfronterizo”.
El análisis incluyó un apartado sobre la reforma al Poder Judicial, a la que calificaron como un proceso que “distó mucho de ser pulcro y democrático”. Pidieron garantizar el acceso generalizado a la justicia y respetar la división de poderes. En cuanto a la reforma electoral en discusión, expresaron que esperan que “consolide el reconocimiento del pluralismo que caracteriza a la sociedad mexicana y sostenga los cauces democráticos que han cimentado la convivencia republicana desde finales del siglo pasado”.
Finalmente, la Iglesia destacó que la llegada de Sheinbaum a la Presidencia mostró que México no comparte actitudes discriminatorias presentes en otras naciones, y reconocieron la garantía de libertades de culto, pensamiento y conciencia durante su gobierno.