
Una influencer mexicana denunció que le pidieron fotos íntimas para ingresar a “La Casita”, un espacio exclusivo en los conciertos de Bad Bunny en CDMX
Los conciertos que Bad Bunny inició el 10 de diciembre en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México no solo han concentrado a miles de seguidores, también abrieron una polémica en redes sociales tras una denuncia pública por presuntas conductas indebidas vinculadas a un área exclusiva del espectáculo. La acusación surgió a pocos días de arrancar la serie de presentaciones del artista puertorriqueño en la capital del país.
La señalización fue hecha por Mariana Grimaldi, creadora de contenido conocida como La Niña Fresa, quien aseguró que le solicitaron fotografías de carácter íntimo como condición para permitirle el acceso a “La Casita”, un espacio especial dentro del show que ofrece una experiencia más cercana al escenario. Su testimonio se difundió ampliamente y detonó un debate sobre posibles abusos de poder, la falta de controles en zonas VIP y la seguridad de las mujeres en eventos masivos.
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De acuerdo con su relato, la influencer contaba con un boleto adquirido de manera regular para uno de los ocho conciertos programados en la Ciudad de México. Al enterarse de la dinámica de “La Casita”, decidió investigar si existía la posibilidad de cambiar su ubicación para mejorar su experiencia como asistente, sin pretender beneficios gratuitos ni tratos preferenciales.
Mariana explicó que logró contactar a la persona responsable de asignar esos accesos especiales. En un primer momento, la conversación avanzó de forma habitual, con solicitudes de información básica y algunos videos que, según indicó, entregó sin objeciones. No obstante, el intercambio cambió cuando, presuntamente, se le pidió material íntimo como requisito para continuar con el proceso.
“Me dijo que necesitaba que mandara fotos sexuales, fotos ya sabes cómo”, relató la influencer en un video difundido en plataformas digitales. Tras esa solicitud, aseguró que se negó de inmediato, señalando lo inapropiado de la petición y recordando su condición de figura pública. A pesar de ello, afirmó que la insistencia continuó, motivo por el cual decidió cortar comunicación y desistir de cualquier intento por ingresar a “La Casita”.
Luego de hacer pública su experiencia, la denuncia generó múltiples reacciones. Usuarios expresaron respaldo a la influencer y exigieron claridad sobre quiénes administran los accesos a zonas exclusivas en conciertos de gran escala. Otros cuestionaron la ausencia de protocolos transparentes y mecanismos de supervisión en este tipo de dinámicas.
Mariana Grimaldi ganó popularidad en TikTok desde 2020 con contenidos de entretenimiento y posteriormente amplió su alcance mediático por colaboraciones y controversias públicas. En su testimonio subrayó que su denuncia no busca responsabilizar al cantante, a quien dijo seguir admirando, sino visibilizar una situación que consideró grave.
“Amo a Bad Bunny, pero lo que me pasó fue súper desagradable”, expresó. Hasta ahora, el caso mantiene abiertas preguntas sobre los filtros y responsables de otorgar accesos especiales durante los conciertos, mientras la discusión continúa en el espacio digital.







