
En redes sociales, el creador de contenido Pedroluiz Ibarra Osuna lanzó fuertes declaraciones contra la agrupación mexicana: “Para mí, estos hombres son mis agresores”.
Aunque Molotov sigue siendo una banda ampliamente conocida en México, en años recientes ha estado envuelta en controversias, como el deterioro de la salud de Tito Fuentes derivado de sus problemas de adicción.
Otro tema que ha generado discusiones constantes es si su icónica canción Puto, lanzada en 1997, resulta ofensiva para la comunidad LGBT. Las críticas crecientes llevaron a que, tiempo después, la banda colaborara con el cantante Georgel para lanzar una reinterpretación titulada No putx. Sin embargo, el debate volvió a encenderse recientemente luego de que Pedroluiz Ibarra arremetiera nuevamente contra Molotov, señalando: “Para mí estos hombres son mis agresores, y no hablo en sentido figurado, lo digo literalmente”.
En una conversación para el programa HAMR, derivado del pódcast Herejes, el influencer —quien ocasionalmente aborda temas LGBT en su contenido— afirmó que los integrantes de Molotov “son cuatro hombres que me agredieron mientras crecía”. Recordó que en 1997, cuando tenía 13 años, la televisión era su ventana para descubrir quién era, influenciado por artistas como Madonna, Mónica Naranjo, Britney Spears, Cristina Aguilera, OV7… y también Molotov.
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Compartió que la letra de Puto le parecía casi un conjuro: “Amo al matón, matarile al maricón”; algo que —dijo— sonaba como una sentencia directa: “mátenlo”. Explicó que el éxito del tema le generó momentos dolorosos: “Cuando sonaba en las tardeadas de la secundaria ya sabía lo que venía: los bullies me rodeaban y comenzaban a hacer slam conmigo”.
Afirmó que para él Molotov “no fue irreverencia; fueron quienes crearon un himno de odio con un coro pegajoso que me hizo mucho daño”. Incluso, aseguró que escuchar el nombre de la banda “me provoca una mezcla de miedo y repulsión”.
No obstante, señaló que su vida ha cambiado: “Ese niño ya no corre ni se esconde, ya no pide perdón por existir. Hoy ese niño es mi voz, mi fuerza, mi conciencia. Ahora me toca a mí protegerlo, abrazarlo y recordarle que sobrevivir también es una forma de vengarse de esos cab…, que el miedo ya no está y que la vergüenza nunca fue suya”.







