
Tres jóvenes influencers rusas fueron detenidas luego de grabarse frente a un depósito de combustible en llamas en Sochi, atacado por drones ucranianos.
En el video, que se volvió viral en TikTok, aparecen posando, sonriendo y haciendo playback al ritmo de una canción, mientras el incendio se desarrollaba a sus espaldas. Las autoridades interpretaron esto como una posible “exaltación del enemigo” y una falta de respeto hacia la seguridad nacional.
Las detenidas fueron identificadas como Dasha Vladimirovna (21 años), Karina Evgenyevna (19 años) y un tercer joven cuya identidad no fue revelada. En cuestión de horas, fueron llevadas ante el tribunal en la región de Krasnodar, donde se les impuso una multa de 30 mil rublos (aproximadamente 376 dólares o 7,035 pesos mexicanos) por violar normas durante un estado de emergencia.
El video fue grabado frente a las instalaciones de Rosneft-Kubannefteprodukt, una planta estratégica para el suministro de combustible al ejército ruso. Las jóvenes usaron como fondo musical la canción “Crimson Dawn” del rapero Endshpil. En el juicio, ofrecieron una disculpa pública en un video difundido por medios estatales, asegurando que no pretendían ofender ni glorificar el ataque, y aceptaron someterse a las consecuencias legales.
Yekaterina Mizulina, directora de la Liga de Internet Seguro, calificó el acto como irresponsable y advirtió sobre los riesgos de grabar en zonas afectadas por drones. Señaló: “¿De verdad no se dan cuenta del peligro de hacer videos con drones sobrevolando Sochi?”.
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El ataque provocó una explosión significativa y el cierre temporal del aeropuerto de Sochi, además de una intensa movilización de más de 120 bomberos. Se enmarca dentro de una estrategia ucraniana que busca impactar la infraestructura energética rusa como represalia por la invasión iniciada en 2022.
Este caso resalta el aumento en la vigilancia del contenido digital en Rusia. Las autoridades han adoptado medidas más estrictas contra publicaciones en redes sociales que consideren inapropiadas o que exhiban vulnerabilidades del Estado. Figuras cercanas al Kremlin y medios estatales criticaron fuertemente el video, al considerarlo una muestra de insensibilidad hacia el sufrimiento civil.
Actualmente, las leyes rusas permiten penas de hasta 15 años de cárcel por compartir “información falsa” relacionada con las acciones del ejército, lo que ha generado un clima de autocensura creciente entre influencers y creadores de contenido en el país.