
Investigadores negaron haber escrito estudios citados en un informe del gobierno de EU sobre salud infantil, cuyas fuentes resultaron ser inexistentes
El informe “Haz que Estados Unidos vuelva a estar sano”, publicado el 22 de mayo por una comisión presidencial encargada de abordar enfermedades crónicas infantiles, quedó bajo fuerte escrutinio luego de que varios científicos desmintieran su supuesta autoría en estudios citados por el documento. Según revelaciones recientes, al menos cuatro trabajos mencionados en la bibliografía no existen, mientras que otros contienen citas incompletas o enlaces falsos.
Entre los nombres incluidos de forma incorrecta se encuentran Noah Kreski y Katherine Keyes, ambos de la Universidad de Columbia. Kreski declaró a la agencia AFP que la cita que le atribuyen “no parece ser” de ningún trabajo real, mientras que Keyes aseguró no haber escrito nunca el supuesto artículo y desconoce el origen de los datos que se le adjudican.
El informe también menciona un presunto artículo publicado en JAMA Pediatrics, sin embargo, Jim Michalski, vocero del grupo editorial JAMA Network, afirmó que “no se publicó en JAMA Pediatrics ni en ninguna revista” de su red. Asimismo, Guohua Li, también profesor de Columbia, calificó de “totalmente inventada” la mención de su persona, agregando que no conoce a quienes figuran como coautores en el documento.
En otro caso, el doctor Harold Farber del Baylor College of Medicine dijo que el artículo atribuido a su autoría “no existe”, y negó haber colaborado con los supuestos coautores. Del mismo modo, el vocero de la Virginia Commonwealth University, Brian McNeill, negó que el profesor Robert Findling haya escrito un artículo sobre publicidad de medicamentos psicotrópicos, como asegura el informe.
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A ello se suma una supuesta publicación de 2008 en la revista Pediatrics sobre tratamientos para el TDAH, la cual tampoco existe, de acuerdo con Alex Hulvalchick, representante de la Academia Americana de Pediatría, editora de la mencionada publicación.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, respondió que los errores se deben a “problemas de formato” y que el informe será corregido. También defendió el trabajo del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., señalando que está “respaldado por la buena ciencia”.
No obstante, el Comité Nacional Demócrata emitió un comunicado en el que calificó al informe como “plagado de desinformación”. Hasta ahora, el Departamento de Salud y Servicios Humanos no ha respondido a los señalamientos y canalizó cualquier pregunta a la Casa Blanca. Tampoco se ha aclarado si se utilizaron herramientas de inteligencia artificial para generar el contenido.
Desde su nombramiento, Kennedy ha ordenado investigaciones controvertidas, como la revisión de posibles vínculos entre el autismo y vacunas, una teoría ampliamente desacreditada. También ha criticado el uso creciente de medicamentos psiquiátricos y antibióticos, lo cual ha intensificado las preocupaciones sobre la orientación científica de su gestión.