
El Organismo Internacional de Energía Atómica confirmó la destrucción de la planta nuclear iraní de Natanz tras un ataque aéreo atribuido a Israel
La tensión entre Irán e Israel aumentó drásticamente luego de que la planta piloto de enriquecimiento de uranio ubicada en la central nuclear de Natanz fuera destruida. Así lo confirmó el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, durante una intervención ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Grossi detalló que la infraestructura eléctrica de Natanz quedó completamente fuera de operación y que “la pérdida de energía en una sala de cascada puede haber dañado las centrifugadoras allí”. A pesar de la gravedad del ataque, destacó que “el nivel de radiactividad fuera de Natanz se ha mantenido sin cambios y normal”.
Además, el jefe del OIEA informó que Irán ha denunciado impactos en otras dos instalaciones: la planta de Fordow, ubicada bajo tierra en una montaña, y la de Isfahán. Grossi reconoció que aún no se dispone de datos concluyentes sobre lo ocurrido en esos sitios, pero sí se ha registrado actividad militar en las cercanías.
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La planta de Natanz era uno de los principales puntos de enriquecimiento de uranio al 60%, un nivel cercano al requerido para uso armamentista, aunque aún por debajo del 90% necesario para armas nucleares. La instalación de Fordow, considerada más protegida debido a su ubicación subterránea, también produce uranio enriquecido y representa una preocupación estratégica para Israel.
En respuesta al ataque, Irán presentó una denuncia formal ante el Consejo de Seguridad. Abbas Araghchi, ministro de Asuntos Exteriores iraní, expresó que Israel “ha cruzado ahora todas las líneas rojas y la comunidad internacional no debe permitir que estos crímenes queden impunes”.
Esa misma noche, Irán lanzó una serie de ataques de represalia dirigidos al territorio israelí, lo que incrementó aún más el riesgo de una confrontación de gran escala.
Por su parte, Israel admitió haber ejecutado múltiples bombardeos sobre territorio iraní. Según su embajador ante la ONU, Danny Danon, los objetivos fueron centros nucleares, fábricas de misiles y comandantes militares. “No sabemos cuánto tiempo llevará”, declaró a la prensa. “Seguiremos actuando hasta que sepamos que hemos eliminado las amenazas”.
La comunidad internacional observa con preocupación el deterioro acelerado del conflicto entre ambos países, mientras el OIEA continúa evaluando los daños a las instalaciones nucleares afectadas.