
Israel confirmó un bombardeo cerca del palacio presidencial de Siria como advertencia tras los ataques contra la comunidad drusa en medio de tensiones sectarias
El conflicto en Medio Oriente sumó un nuevo capítulo de tensión este viernes 2 de mayo, luego de que Israel llevó a cabo un ataque aéreo dirigido a las inmediaciones del palacio presidencial en Damasco, Siria. La operación fue confirmada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que aseguraron haber actuado en respuesta a recientes ataques contra la minoría drusa, tras días de violencia que dejaron un saldo superior a cien muertos, según organizaciones humanitarias.
El ejército israelí comunicó a través de Telegram que “aviones de combate atacaron los alrededores del palacio”, en referencia al Palacio de Ahmed Hussein al-Sharaa, ubicado al sur de la capital siria. La ofensiva se produjo en un contexto de agudización del conflicto sectario en Siria, donde la tensión entre musulmanes sunitas y la comunidad drusa ha escalado peligrosamente en las últimas semanas.
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El primer ministro israelí y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, confirmaron la autoría del ataque y señalaron que se trató de una advertencia directa al gobierno sirio. “No permitiremos amenazas contra la comunidad drusa ni movimientos militares hacia el sur de la capital”, declararon en un comunicado oficial.
El bombardeo se centró en la localidad de Sahnaya, a las afueras de Damasco, lugar estratégico donde, según informes de inteligencia israelí, se encontraban células extremistas que habrían planeado atentados contra poblaciones drusas. La acción militar fue interpretada como un mensaje contundente hacia el gobierno sirio, al que Israel responsabiliza por no proteger a la minoría drusa de los recientes brotes de violencia.
La escalada comenzó días atrás, cuando circuló en redes sociales un audio atribuido a un líder religioso druso que insultaba al profeta Mahoma. Aunque las autoridades sirias desmintieron la autenticidad del material, la grabación desató una ola de violencia que incluyó ataques a barrios drusos en Damasco y otras zonas periféricas, dejando decenas de víctimas, tanto civiles como miembros de las fuerzas de seguridad.
Israel justificó la incursión aérea en el marco de la protección a la comunidad drusa, la cual mantiene fuertes lazos históricos y culturales con la población drusa asentada en Israel y en los Altos del Golán. Sin embargo, esta intervención no ha sido bien recibida por todos. Algunos líderes drusos han expresado inquietud, señalando que la participación israelí podría agravar la situación y aumentar los riesgos para sus comunidades en Siria.
Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024, Israel ha intensificado significativamente sus operaciones militares en territorio sirio. Solo en 2024, se contabilizaron más de 340 ataques aéreos israelíes, cifra récord que evidencia la estrategia de contención de Tel Aviv frente a la influencia regional de Irán y otros grupos armados aliados de Damasco.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante este nuevo episodio bélico. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió un llamado urgente a todas las partes involucradas para evitar una escalada mayor. “Instamos a la moderación y al diálogo como única vía para preservar la paz y la estabilidad regional”, indicó un portavoz del organismo.
Mientras tanto, en Siria, el gobierno no ha ofrecido declaraciones adicionales sobre los daños provocados por el bombardeo, pero fuentes locales reportan que varias estructuras en las inmediaciones del complejo presidencial habrían resultado afectadas.
La tensión continúa en aumento, y analistas advierten que este nuevo ataque puede reconfigurar nuevamente el tablero geopolítico en la región, especialmente en un momento donde Siria permanece políticamente fragmentada y militarmente vulnerable.