
Dos jaguares fueron grabados con cámara trampa cerca de Chichén Itzá, revelando la importancia de preservar su hábitat junto a este sitio maya
La majestuosidad de Chichén Itzá, uno de los sitios arqueológicos más representativos de México, se vio acompañada de un avistamiento singular que reforzó el vínculo entre la cultura maya y la biodiversidad de la región. A través de cámaras trampa instaladas como parte del monitoreo de la fauna local, se captaron imágenes de dos jaguares (Panthera onca) merodeando en las inmediaciones de la zona arqueológica ubicada en Tinum, Yucatán, un hecho que sorprendió y emocionó a especialistas y público en general.
El hallazgo fue compartido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mediante redes sociales, mostrando un video tomado por el arqueólogo Marco Antonio Rivas. En las imágenes, se observa a uno de los felinos aproximándose con cautela a la cámara, olfateándola y posando brevemente, mientras que un segundo jaguar se acerca de igual forma antes de que ambos se retiren hacia la vegetación.
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Estas cámaras forman parte de las labores de monitoreo que realiza el personal de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, quienes no solo supervisan los vestigios arqueológicos abiertos al público, sino también aquellos aún cubiertos por la densa selva, permitiendo documentar la fauna que convive con este patrimonio cultural.
El avistamiento de estos jaguares tiene un valor significativo, ya que la especie, conocida en lengua maya como báalam, es difícil de observar en su entorno natural debido a su comportamiento reservado y a la amenaza constante que enfrenta por la cacería y la pérdida de su hábitat. Este animal ha sido un símbolo de poder y vínculo con el inframundo para la cultura maya, apareciendo frecuentemente en esculturas, relieves y cerámica de la época prehispánica, reflejando su relevancia espiritual y cultural en Mesoamérica.
Actualmente, el jaguar se encuentra catalogado como una especie en peligro de extinción, por lo que avistamientos como este subrayan la importancia de mantener estrategias de conservación que permitan proteger tanto a la fauna como a los sitios arqueológicos que resguardan la memoria histórica de México. La presencia de estos felinos en Chichén Itzá reafirma el equilibrio que existe entre la naturaleza y la historia en uno de los patrimonios más importantes del país, recordando que su conservación es clave para mantener viva la herencia cultural y la biodiversidad de la región.