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Johan Barthold: Precursor del impresionismo admirado por Monet

Hace un día como hoy, pero de 1819 nació Johan Barthold, precursor del impresionismo, quién retrató el ambiente de los paisajes normandos.

Johan Barthold Jongkind nació un 3 de junio de 1819 en los Países Bajos. Fue un pintor y grabador neerlandés considerado uno de los precursores del impresionismo.

Estudió arte en la escuela “La Haya” bajo la tutela del pintor romántico Andreas Schelfhout y pintó sus primeros cuadros al estilo de la pintura tradicional flamenca.

En 1846 se instaló en París y se convirtió en alumno de Eugène Isabey. Regresó a Holanda en 1855 por problemas económicos para posteriormente instalarse en Róterdam.

En 1860 regresó a París, desde entonces reconoció su atracción por las marinas durante sus estancias en la costa normanda en Le Havre, Sainte-Adresse, Honfleur y Toruville.

Conoció a Boudin y a Monet, quien lo reconoció de gran manera: “a él le debo la educación definitiva de mis ojos” expresó el artista Monet.

Participó en el “Salón de los Rechazados” en 1863 con su obra Ruinas del castillo de Rosemont, junto al cuadro de Monet, El almuerzo sobre la hierba; ambas obras actualmente se localizan en el Museo de Osray en París.

Johan Barthold tradujo con tonos matizados la luz, el ambiente de los paisajes normandos en los canales y playas del Mar del norte.

Sus óleos no eran pintados al natural. Primero realizaba sus estudios o croquis en acuarela en el exterior, para después pasarlos a óleo sobre lienzo. Repitiendo cada tema con luces del día, o distintas estaciones del año, una idea clásica que adoptaría en un futuro su amigo Monet.

La vida del artista fue un desorden total, por ello, sufrió grandes problemas mentales, cayendo en la melancolía, paranoia y alcoholismo.

Murió el 9 de febrero de 1891, en el asilo “Saint- Égrève” cerca de Grenoble.

Hoy reconocemos al impulsor del impresionismo con tres de sus obras ubicadas a día de hoy en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.

Camino de Sirga cerca de Overschie (1865):

Cuando Jongkind regresó a Francia en 1860, su fase de creatividad iniciaba y frecuentaba las costas de Normandía para trabajar y pintar sobre los temas holandeses que lo acompañarían toda su vida.

En la obra se observa un tema que el artista ya había presentado anteriormente en el Camino de sirga cerca de La Haya (1859).

Vista del puerto en Rotterdam (1856):

En 1855, desilusionado por la poca valoración de su obra en “Salón de los Rechazados” de París y acosado por sus acreedores, abandonó la capital francesa. Regresó a su país de origen por cinco años, tiempo en el que se dedicó a pintar de forma exclusiva los alrededores con vistas de distintos puertos cercanos.

La obra fue realizada poco después de su retorno a los Países Bajos, Rotterdam era por aquel entonces uno de los puertos más importantes de la Europa septentrional, situado en un enclave privilegiado.

Molino cerca de Delft (1857)

Durante su estadía en Países Bajos seguía realizando las vistas de Holanda. Prefirió siempre algunos temas como los patinadores en invierno, los molinos a orillas del río o las vistas de distintos puertos como Rotterdam, Dordrecht u Overschie.

Los paisajes con molinos son algo constante en su obra. Uno de sus cuadros de 1840 representaba ya de cerca un molino de Overschie. Con una composición vertical similar a la de esta obra, un formato que contrasta con sus obras en donde regularmente utilizado el apaisado.

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