
Una joven pensó adquirir una figura decorativa, pero recibió un murciélago preservado en resina, lo que reabre el debate sobre la venta de animales disecados.
Una joven mexicana generó revuelo en redes sociales al descubrir que lo que creyó un adorno decorativo era, en realidad, un murciélago real encapsulado en resina. Claudia, usuaria de la cuenta @pinkiepollas en X (antes Twitter), compartió imágenes del ejemplar que adquirió en una plataforma de comercio electrónico, causando sorpresa y polémica entre los internautas.
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En su publicación, Claudia escribió:
“Pedí un murciélago pensando que iba a ser una maqueta realista… ¡y es un puto murciélago de verdad!”
Además del murciélago, la joven había comprado una mariquita y una mariposa amarilla, ambos preservados mediante taxidermia. Esta práctica, utilizada desde la antigüedad incluso en civilizaciones como la egipcia, permite conservar animales muertos con su apariencia natural para fines educativos o decorativos.
Regulación de la taxidermia en México
Aunque la taxidermia no es ilegal, su comercialización está regulada. Según la PROFEPA, la compra y venta de animales preservados requiere permisos que acrediten su procedencia legal. La falta de documentación puede llevar al aseguramiento de los ejemplares, conforme al artículo 51 de la Ley General de Vida Silvestre.
El auge del comercio digital ha facilitado la adquisición de animales disecados, muchas veces sin supervisión ni verificación del origen de los ejemplares, lo que representa un riesgo para la fauna y abre debates sobre la necesidad de reforzar la regulación de estas ventas.
Este caso ha generado asombro entre los usuarios, quienes advierten sobre la facilidad con la que pueden adquirirse animales reales como si fueran simples objetos decorativos, y ha reavivado la discusión sobre el control del tráfico de vida silvestre en plataformas en línea.
Con información de Excelsior