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La magia de Cri-Cri y Disney llega a la Cineteca

Hace años Walt Disney en persona intentó comprar las canciones y personajes creados por el compositor mexicano Francisco Gabilondo Soler, entre ellos, a Cri-Cri “el grillito cantor”.

Francisco Gabilondo Soler, fue y sigue siendo uno de los músicos infantiles más representativos de la historia de México. Desde muy pequeño fue un estudiante voraz que sin embargo no gustaba de atender la escuela. Completó solo hasta el sexto año de primaria para luego educarse de forma autodidacta en su hogar.

En esa época empezó a aprender música, dominó el piano y exploró los géneros del fox-trot, mambo y danzón, pero al no obtener éxito con esas canciones, mezcló dos de sus más grandes amores: la música y los cuentos y novelas de algunos de sus autores favoritos, tales como Hans Christian Andersen, Wilhelm Hauff, Julio Verne y Emilio Salgari.

Con la ayuda de estos autores consiguió la inspiración para crear historias musicales cortas, diseñadas para ayudar en la etapa formativa de los niños.

A la par que Gabilondo Soler se convertía en un personaje popular en la radio mexicana y latinoamericana, el gobierno estadounidense se enfrentaba al impacto socio-económico que la Segunda Guerra Mundial dejaba en el continente americano.

Con el temor de que la llegada del ideas como el socialismo, el comunismo, el nacionalismo e ideologías contrarias a la suya, disminuyeran su poder e influencia en Latinoamérica, el gobierno norteamericano buscó generar un punto de vista positivo sobre el “American way of life” entre los pueblos de centro y sudamérica.

Con esa visión buscó colaboradores como el productor de dibujos animados, Walt Disney, quien en algún momento declaró: “Mientras la mitad del mundo está siendo obligada a decir ‘Heil Hitler’, nuestra respuesta es decir ‘Saludos amigos’”.

Disney buscó la forma de obtener empatía con el público latino, y además de producir películas con personajes basados en conceptos del sur de continente como Los Tres Caballeros, Walt notó la popularidad de la música de Cri-Cri en la región, por lo que hizo una oferta para comprarle su música y personajes, el monto nunca fue develado al público.

Gabilondo Soler se negó, argumentando que sus creaciones eran un legado para los niños mexicanos. Esa declaración se ha mantenido intacta hasta nuestros días gracias a la fundación que ostenta su nombre.

A partir de ese momento, entre el cineasta y el compositor mexicano surgió una gran relación de cariño y admiración, conexión que podrá ser apreciada actualmente en la galería de la Cineteca Nacional.

En la exposición “México y Walt Disney: Un encuentro mágico”, que estará vigente hasta el domingo 7 de enero.

El escritor y curador de este proyecto, Francisco Haghenbeck, señaló que para el film “Los cochinitos dormilones”, Disney fue llamado para hacer este corto, el cual fue donado en pro de la niñez mexicana; “desde el poster ya lo anunciaban como ‘Los cochinitos dormilones’ animada por Walt Disney”, resaltó.

Haghenbeck también menciónó que hay un aspecto muy interesante, pues hoy en día en los Estudios Disney se puede apreciar la oficina de su creador tal cual la dejó el día en que murió, hasta con el lápiz que tenía.

“Si uno lo ve, va a encontrar al lado del escritorio el disco de Cri Cri, siempre lo tuvo a su lado”, recordó el escritor y guionista de cómics, quien descartó totalmente que “Cri Cri” y “Pepe Grillo” tuvieran alguna relación entre sí.

 

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