
Enrique Segoviano fue pieza clave en el éxito de El Chavo del 8, pero su salida del equipo marcó una fractura personal y profesional que nunca se reparó
Durante la época dorada de “El Chavo del 8”, hubo un nombre que fue tan determinante como el del propio Chespirito: Enrique Segoviano. Como director y responsable técnico, Segoviano no solo manejaba cámaras y sonido, también daba forma a los elementos que hicieron inolvidables a los personajes del vecindario más famoso de la televisión latinoamericana.
Aunque su labor era mayormente tras bambalinas, el impacto de su trabajo fue fundamental para consolidar la popularidad del programa. Sin embargo, su salida del proyecto se dio en medio de una situación personal dolorosa que acabó por fracturar no solo una relación sentimental, sino también una exitosa alianza profesional.
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La reciente serie documental producida por HBO Max, titulada Chespirito: sin querer queriendo, sacó a la luz un episodio poco conocido por el gran público: el triángulo amoroso entre Segoviano, Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños. Según se relata en uno de los capítulos, durante un viaje a Acapulco en 1978, Segoviano presenció cómo su entonces prometida, Florinda Meza, iniciaba un acercamiento sentimental con el creador del programa. El conflicto escaló al punto en que ella le devolvió el anillo de compromiso para comenzar una relación con Gómez Bolaños.
Para entonces, Segoviano llevaba cinco años trabajando estrechamente con Chespirito, desde su contratación en 1973. Había aportado elementos icónicos al programa, como el característico gesto de Quico al inflar sus mejillas. Pero todo cambió con el inicio del romance entre los protagonistas. Afectado por lo personal y lo profesional, Segoviano comenzó a cuestionarse su permanencia en el equipo.
La situación se resolvió sin reconciliación. Gómez Bolaños terminó por apartarlo de sus proyectos. El último trabajo que realizaron juntos fue la película El Chanfle en 1979, producción que no gozó de buena recepción en su momento.
Pese a este tropiezo, Enrique Segoviano no desapareció del medio. Su carrera en la televisión mexicana continuó con éxito. En 1979 dirigió Odisea Burbujas, y más adelante produjo otros programas educativos como El tesoro del saber. También incursionó en telenovelas y entretenimiento con títulos como Te amo (1984), Ave Fénix (1986), Pobre niña rica (1995) y programas de concurso como Atínale al precio y 100 mexicanos dijeron.
A diferencia de algunos integrantes del elenco original de “El Chavo del 8”, Segoviano forjó una trayectoria independiente, alejado de los personajes que lo hicieron famoso.
A pesar del distanciamiento, nunca hizo declaraciones negativas hacia Chespirito ni hacia Florinda Meza. Personas cercanas a él aseguran que optó por mantener la discreción y la profesionalidad, incluso ante una traición personal. Nunca buscó alimentar controversias ni revivir episodios del pasado.
En la actualidad, Enrique Segoviano tiene 80 años y vive retirado de los reflectores. Su legado permanece vivo en los recuerdos de millones que crecieron con sus programas, aunque su nombre no siempre reciba el reconocimiento merecido.
Gracias a la serie documental de HBO, nuevas generaciones han descubierto su papel esencial en la creación de uno de los programas más emblemáticos de la televisión hispana. Aunque su salida fue abrupta y marcada por el dolor, el legado que dejó como director y creativo continúa siendo inolvidable.