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Las agresiones al Ejército y el despertar del gigante #ElOpinador

A partir de ahora, los miembros del Ejército podrán actuar en legítima defensa, con estricto apego al orden jurídicos y a los derechos humanos

¿Acaso se ha despertado al gigante? Durante el 2018 se reportaron 115 agresiones a personal del Ejército en México, un promedio de 9 ataques por mes, lo que dio como resultado 6 soldados muertos y 39 heridos. En lo que va de este 2019, para ser precisos del 1 de enero al 30 de junio, el ejército ha reportado 126 ataques, 21 casos por mes, con un saldo de 3 soldados fallecidos y 40 heridos.

Las escenas ya son conocidas por todos. Delincuentes mezclados entre la población civil, en muchos casos acompañados de mujeres y niños, utilizados como escudos humanos, amedrentan y agreden a elementos del Ejercito Mexicano y de la Guardia Nacional.

El último ejemplo, lo sucedido en el poblado de Apango, en el municipio de Acajete, en Puebla, donde los ataques llegaron a tal nivel, que las fuerzas armadas se vieron obligadas a disparar al aire, para dispersar a los agresores.

Ante esto, la Secretaría de la Defensa Nacional, a cargo del General Luis Crescencio Sandoval González, dio a conocer que a partir de ahora el Ejército podrá actuar en legítima defensa. Con el objetivo de proteger la vida e integridad de los miembros de las fuerzas armadas, con estricto apego al orden jurídicos y a los derechos humanos.

¿Qué significa esto? Que ante la ocurrencia de un delito y en los casos en los que el personal militar o Guardia Nacional acudan para garantizar la seguridad y paz en el país, y sean objeto de una agresión, las fuerzas armadas podrán actuar el legítima defensa conforme a los principios de uso de la fuerza y gradualidad. Y así proteger la vida e integridad de los miembros castrenses.

¿Qué dice la Ley en nuestro país sobre la legítima defensa en el caso de la población civil? Que estará justificada cuando se utilice para repeler una agresión real, actual o inminente y sin derecho, en defensa de bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que exista la necesidad de emplear la defensa y no se haga por dolo o en exceso por parte de quien ha sido agredido.

Si un juez admite el uso de la legítima defensa, el afectado quedará exento de cualquier responsabilidad penal o se atenuará la condena, si se excedió en su uso, pero con fines de defenderse de un ataque a su persona o bienes.

¿Qué pasará? Por lo pronto que la delincuencia organizada tendrá que pensarla dos veces antes de actuar en contra de los integrantes del Ejército.

Y que la población en general deberá ser muy cuidadosa en las decisiones que toma, pues si se dejan llevar por el calor del momento, ahora los resultados los podrían dejar, con la peor de las partes.

IPR

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