
Durante su primera y simbólica bendición Urbi et Orbi como pontífice, el papa León XIV dirigió un llamado directo a los líderes de Rusia y Ucrania para que asuman la responsabilidad de buscar una salida negociada al conflicto armado que se prolonga desde febrero de 2022. Desde el Vaticano, el Papa apeló a la conciencia política y moral de ambas partes, subrayando la urgencia de detener la violencia y aliviar el sufrimiento de la población civil.
“Oremos de manera especial por el atribulado pueblo ucraniano, para que cese el estruendo de las armas y las partes implicadas, con el apoyo de la comunidad internacional, encuentren el valor para dialogar de manera sincera, directa y respetuosa”, dijo durante el mensaje navideño pronunciado ante miles de fieles.
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El pontífice puso énfasis en el impacto humanitario de los conflictos armados, no solo en Europa del Este, sino también en otras regiones golpeadas por la guerra. Ucrania, que espera una respuesta al plan actualizado de Estados Unidos para poner fin a la contienda, no ha registrado avances concretos desde las últimas conversaciones directas realizadas hace seis meses, las cuales no derivaron en un cese de las hostilidades.
Horas antes, durante la misa celebrada en la Basílica de San Pedro, León XIV reflexionó sobre el costo humano de las guerras actuales y pasadas. “Frágil es la carne de las poblaciones indefensas, probadas por tantas guerras en curso o terminadas dejando escombros y heridas abiertas”, declaró en su homilía.
El Papa también se refirió a la grave situación en Gaza, tras dos años de enfrentamientos entre Hamás e Israel que han dejado decenas de miles de muertos y constantes desplazamientos forzados. Recordó “las tiendas de campaña de Gaza, expuestas desde hace semanas a la lluvia, el viento y el frío”, así como las condiciones extremas que enfrentan cientos de miles de personas durante el invierno.
En su mensaje, León XIV amplió su mirada hacia América Latina, donde pidió a los responsables políticos privilegiar el diálogo y el bien común por encima de las divisiones. “Que el Niño Jesús inspire a quienes tienen responsabilidades políticas en América Latina para que, al enfrentar los numerosos desafíos, se le dé espacio al diálogo por el bien común y no a las exclusiones ideológicas y partidistas”, señaló. Mencionó de forma específica a Haití, país para el que solicitó “que cese (…) toda forma de violencia y pueda avanzar por el camino de la paz y la reconciliación”.
Finalmente, el Papa destacó que la Navidad representa un nuevo impulso para la misión de la Iglesia y para la construcción de la paz. “Éste es el camino de la misión: un camino hacia los demás. En Dios, cada palabra es una palabra dirigida; una invitación a la conversación, una palabra nunca cerrada en sí misma. Ésta es la renovación que promovió el Concilio Vaticano II, que solo dará fruto si caminamos juntos con toda la humanidad”.







