
Esta nueva disposición permite a las estudiantes ausentarse de clases debido a dolores menstruales intensos sin que esto afecte su rendimiento académico ni implique sanciones.
La Ciudad de México ha dado un paso importante hacia la equidad de género y los derechos estudiantiles con la implementación de la licencia menstrual para alumnas de primaria y secundaria, a partir del ciclo escolar 2025–2026.
La medida forma parte del programa “Menstruación Digna”, promovido por la diputada de Morena, Rosario Morales Garza, y avalado por el Congreso capitalino. La reforma fue publicada en el Diario Oficial de la Ciudad de México y modifica el Artículo 111 de la Ley de Educación local, incorporando la fracción XIII Bis.
El objetivo de esta política es eliminar las barreras que muchas niñas y adolescentes enfrentan durante su periodo menstrual, una etapa que no solo representa un proceso biológico, sino que puede convertirse en un obstáculo para su derecho a una educación plena y sin discriminación.
Según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED), una gestión menstrual digna no se limita al acceso a productos de higiene, sino que también requiere:
- Insumos seguros, higiénicos y accesibles
- Educación con enfoque de género y juventud
- Espacios escolares adecuados (baños limpios, agua potable y privacidad)
- Ambientes libres de estigmas y discriminación
El informe del COPRED también señala que muchas adolescentes enfrentan vergüenza, burlas o falta de apoyo en la escuela, lo cual agrava el problema. UNICEF México reporta que el 43% de las jóvenes mexicanas evita asistir a clases durante su menstruación, lo que contribuye al rezago escolar y amplía la brecha de género.
Estas ausencias, a menudo inevitables, pueden perjudicar no solo el rendimiento académico, sino también la autoestima y la continuidad educativa, especialmente en contextos de vulnerabilidad.
Por ello, la licencia menstrual no es solo un permiso médico, sino una herramienta para enfrentar un problema estructural: la invisibilidad del malestar femenino y la falta de políticas públicas enfocadas en las necesidades específicas de niñas y adolescentes.
Con esta iniciativa, la Ciudad de México busca dignificar la experiencia escolar de las estudiantes, reducir la desigualdad y eliminar los tabúes en torno a la menstruación.