
Ozzy Osbourne grabó nueve discos con Black Sabbath, marcando con su voz y estilo una etapa decisiva en la historia del heavy metal y del rock mundial
Hablar de Ozzy Osbourne es repasar un capítulo esencial en la historia del heavy metal, pues su paso por Black Sabbath no solo definió el sonido de la banda, sino que marcó un momento decisivo para la música rock. Muchos seguidores se han preguntado cuántos discos de estudio grabó Ozzy con Black Sabbath, y la respuesta ofrece un recorrido por una de las etapas más influyentes de este género.
Ozzy Osbourne grabó un total de nueve discos como vocalista principal de Black Sabbath, desde el debut homónimo en 1970 hasta el álbum de reunión “13” en 2013. Durante esos años, la banda británica cimentó un estilo inconfundible con riffs oscuros, letras provocadoras y una energía que definió el heavy metal, mientras que Ozzy consolidaba su presencia como un ícono del género.
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Los discos en los que Ozzy participó con la banda fueron: “Black Sabbath” (1970), “Paranoid” (1970), “Master of Reality” (1971), “Vol. 4” (1972), “Sabbath Bloody Sabbath” (1973), “Sabotage” (1975), “Technical Ecstasy” (1976), “Never Say Die!” (1978) y, tras décadas de distancia, regresó con “13” (2013). Este último disco generó debate entre los fanáticos, ya que no contó con la participación del baterista original Bill Ward, lo que ha llevado a algunos a no considerarlo parte de la era clásica de la agrupación.
En total, Ozzy formó parte de ocho discos durante la etapa dorada de la banda en la década de los setenta, dejando una huella imborrable en cada uno de ellos antes de emprender su carrera como solista, y décadas más tarde regresó para cerrar el ciclo con “13”. Este regreso permitió reunir nuevamente a la alineación original, a excepción de Ward, dando un cierre simbólico a una historia que inició casi cincuenta años atrás.
La carrera de Ozzy Osbourne no se limitó al éxito con Black Sabbath, ya que su camino en solitario también lo llevó a alcanzar grandes logros en ventas y popularidad. Su álbum debut como solista, “Blizzard of Ozz” (1980), es su disco más vendido, con más de cinco millones de copias tan solo en Estados Unidos, destacando por incluir himnos como “Crazy Train” y “Mr. Crowley”.
Posteriormente, “No More Tears” (1991) logró superar los cuatro millones de copias vendidas en todo el mundo, consolidando su vigencia con un sonido más pulido sin perder su esencia metalera. Este álbum incluyó temas como “Mama, I’m Coming Home”, que se posicionaron en los primeros lugares de las listas de popularidad.
El tercer disco más exitoso en ventas fue “Diary of a Madman” (1981), con más de tres millones de copias, destacando por su nivel técnico y la participación de Randy Rhoads, guitarrista que acompañó a Ozzy en sus primeros pasos como solista.
Estos discos no solo representan el éxito comercial de Ozzy Osbourne, sino también su capacidad para reinventarse y mantenerse como una figura central en la historia del heavy metal, con seguidores que han acompañado su trayectoria tanto en Black Sabbath como en su carrera individual.