Hace un año, cuando intentaban ponerse a salvo fuera de su departamento en Iztapalapa, los hermanitos Mariel, de 9 años, y Toño, de 13, fueron alcanzados por una barda que colapsó en el patio comunitario de su vivienda
Hace un año, cuando intentaban ponerse a salvo fuera de su departamento en la colonia Santa María Aztahuacán, en Iztapalapa, los hermanitos Mariel, de 9 años, y Toño, de 13, fueron alcanzados por una barda que colapsó en el patio comunitario de su vivienda.
La pelvis de la pequeña se rompió en seis pedazos. El impacto además le provocó una fractura de fémur, una perforación en el estómago, le dañó el bazo y el hígado. Terminó perdiendo una parte de intestino.
A Toño le deshizo el hueso astrágalo (del lado izquierdo) que une la pierna con el pie y le transmite todo el peso del cuerpo. También perdió parte de su peroné.
Mariel se ha recuperado prácticamente por completo, aunque debe llevar una dieta especial de por vida. Después de los cinco días en coma que pasó, hoy camina, juega y sonríe.
Toño está aún en recuperación: lleva ya cinco operaciones y apenas comienza a dar sus primeros pasos, pues el impacto que su pierna recibió es equivalente a que le hubiera caído una tonelada de peso encima.
A un año del sismo, Miriam Flores, la mamá de Mariel y Toño, recuerda el 19 de septiembre de 2017 como la peor fecha de su vida.
“La peor, sin duda. Mariel estuvo a punto de morir, Toño estuvo a punto de perder la pierna, nos quedamos sin casa, tuve que abandonar la escuela porque yo estaba cursando una licenciatura, mi hijo mayor también tuvo que dejar la escuela, todos nuestros planes se vinieron abajo en minutos, nuestra vida cambió de repente. Un día mis hijos estaban jugando y dos semanas después postrados en una silla de ruedas”, rememoró.
Y sin ningún tipo de apoyo gubernamental, 365 días después, esta familia todavía lucha por ponerse en pie.
“Pues como podemos estamos saliendo adelante, buscando cómo pagar la renta, la dieta especial que debe llevar Mariel y los gastos que se requieren para la recuperación de Toño, entre material de curación, prótesis especial y traslados para su rehabilitación. Es muy difícil, y desafortunadamente no fuimos incluidos en ningún programa de gobierno para tener una opción de crédito o de atención para Toño. Ahí como podemos y con la ayuda de mucha gente buena y desconocida que sí nos brindó apoyo vamos saliendo, a pesar de la falta de apoyo del gobierno”, señaló.
La tarde del 19 de septiembre Mariel despertó apenas por unos instantes en un helicóptero cuando era trasladada de urgencia a un hospital. En otro helicóptero iba Toño, con una fractura expuesta en el pie izquierdo.
Minutos antes los hermanitos se alistaban para ir a la escuela. Cuando comenzó a temblar corrieron hacia el patio. En un instante Toño vio como la barda le cayó encima a Mariel y su pierna quedó sepultada por un montón de piedras.
El adolescente aún sacó fuerzas para levantarse y ayudar a su mamá a desenterrar a su hermanita.
Hoy Mariel es la que impulsa todos los días a su hermano a recuperarse. Se estima que le tomará un par de años más.
“Mi recuperación ha sido muy genial, antes me cargaban con una sábana, al principio sentía que ya no sabía mover mis piernas, pero poco a poco empecé a caminar con andadera hasta que la dejé; ahora llevo una dieta muy sana y me siento muy bien y estoy muy contenta porque Toño ha tenido mucha fuerza, la verdad.
“Yo pensé que no iba a caminar bien, pero ya está caminando mejor con la prótesis y siempre le estoy diciendo ‘ponte ya a caminar’, porque luego está con el juego y le digo ‘ya Toño, porque así no vas a poder recuperarte’. Y a mí no me gusta verlo así, pero sé que es muy valiente y se va a recuperar”, aseguró Mariel.
Trabajo especial Excélsior
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