Como cada año se premiaron los mejores stands y como buena celebración, no podían faltar los mariachis, ícono de este evento
Los expositores que participan en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) lo saben: cuando el mariachi comienza a congregarse en algún punto del recinto, es que está por empezar el recorrido tras el cual se conocerá a los ganadores de los mejores stands del año.
Y ya que la ceremonia se lleva a cabo sin previo aviso, cual performance espontáneo, todos aguantan un poco el aliento mientras la procesión que entrega los reconocimientos avanza, ahora sí, acompañada de la música del conjunto musical, por los pasillos del recinto ferial.
La comitiva, como es costumbre, está encabezada por la directora de la FIL, Marisol Schulz Manaut, seguida del jurado calificador, colaboradores que llevan un par de bocinas y micrófono, los premios y un séquito variado: prensa, otros expositores, conocidos de los involucrados y visitantes que no saben muy bien qué pasa, pero quieren ser parte del suceso.
El recorrido partió del Área Internacional, justo frente al módulo de firma de autores, lo que causó que varias personas se quedaran a confirmar si estaba por llegar una celebridad de las letras, músicos o un youtuber a punto de transmitir en vivo. Nada de eso se cumplió, aunque no fue impedimento para unirse a esta celebración del esfuerzo, diseño y creatividad de los que hacen posible la FIL. Cada uno de los ganadores recibió un estandarte conmemorativo, una pieza original del artista Nicasio Pajarito y 10 por ciento de descuento para la edición 2020 de la Feria.
Primero avanzaron por la calle MM hacia la avenida Ensayistas, hasta detenerse frente al stand de Colombia, cuyos colaboradores recibieron con entusiasmo el reconocimiento en la categoría Oro.
La jurada Abril Quintanilla compartió que la decisión, unánime, fue por su impacto visual, uso de plantas y un diseño que además lo hizo accesible para todo el público. Continuaron entonces hacia la calle II, pasando junto al stand de Sanborns, que vio interrumpida una charla cuando el mariachi se acercó.
Enfrente, los de Corea grabaron y saludaron con gusto a la procesión, que se detuvo en el espacio de la ONU para entregar el Premio Plata por “tener todos los elementos necesarios para comunicar sus mensajes de esfuerzos sustentables”, a la vez que invitan a la gente a sentarse y aprender más. El Bronce se le entregó a Storytel —no sin antes pasar de nuevo junto a Sanborns, para el beneplácito de Corea—, que no fue el más pequeño de los ganadores, pero pudo mezclar los aspectos tecnológicos con su promoción a la lectura.
Luego fue momento de cruzar la frontera hacia el Área Nacional. La primera escala fue en la Universidad de Colima —que además cumple 80 años de vida este 2019—, que resultó premiada con el reconocimiento de Impacto Cero por el uso de materiales reciclados y sustentables, aparte de otro certificado entregado por Javier García de Alba por el esfuerzo de combinar la cultura con el cuidado del medio ambiente.
El gran final fue en el stand de la UNAM, que en cuanto descubrió que habían ganado en la categoría Platinum, gritaron el tradicional grito de “¡Goya!”, que pronto se contagió con varios de la comitiva. Ahí estaban también los autores Jorge Volpi, Rosa Beltrán, Socorro Venegas, Ave Barrera y Odette Alonso. Para cerrar, caminaron hasta el pabellón de India, en donde Marisol Schulz agradeció la presencia del país Invitado de Honor y el espacio que crearon para recibir a los asistentes, con detalles clave de su cultura. La misión fue cumplida.
