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Los misterios de la imagen de la Virgen de Guadalupe

¿Qué oculta la tilma donde la Virgen dejó impresa su imagen? Este es un recuento de los fenómenos sin explicación hasta ahora para la ciencia.

Pocos símbolos son tan representativos de la cultura mexicana como la Virgen de Guadalupe, que desde años se encuentra en la Basílica de Guadalupe. Sin embargo, alrededor de ella hay varios mitos y misterios que, sin importar el paso del tiempo, siguen causando polémica entre creyentes y no creyentes. De ellos, hacemos un recuento:

De acuerdo a la Iglesia Católica, la Virgen de Guadalupe se le apareció en cuatro ocasiones a Juan Diego. En uno de estos encuentros, ocurridos en 1531, la Virgen le pidió subir al Cerro del Tepeyac, recolectar varias flores con ayuda de su tilma y llevárselas al obispo como prueba de su existencia. Al estar frente al religioso, Juan Diego extendió la prenda y de forma milagrosa, en ella quedó plasmada la imagen de una virgen morena con rasgos mestizos.

  • Estudios oftalmológicos realizados a los ojos de María han detectado que al acercarles luz, la pupila se contrae, y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, tal cual como ocurre en un ojo vivo. También se descubrió que los ojos poseen los tres efectos de refracción de la imagen que un ojo humano normalmente posee. Lograr estos efectos a pincel es absolutamente imposible, aún en la actualidad. 
  • En condiciones normales, la fibra de maguey que constituye la tela de la imagen no puede perdurar más de 20 o 30 años, sin embargo, la imagen sigue tan firme como el primer día. Se han hecho estudios científicos a este hecho, sin poder descubrirse el origen de la incorruptibilidad de la tela.
  • No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, al acercarse uno a menos de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo. Los colores desaparecen. Estudios científicos de diverso tipo no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida.
  • En 1791 se volcó accidentalmente ácido muriático en el lado superior derecho de la tela. En un lapso de 30 días, sin tratamiento alguno, se reconstituyó milagrosamente el tejido dañado. Actualmente apenas se advierte este hecho como una breve decoloración en ese lugar, que testimonia lo ocurrido.
  • Las estrellas visibles en el manto responden a la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba el día en que se produjo el milagro, según revelan estudios astronómicos realizados sobre la imagen.
  • El 14 de noviembre de 1921, Luciano Pérez, un anarquista español, depositó un arreglo floral al lado de la Tilma de Juan Diego que contenía una bomba de alto poder. La explosión destruyó todo alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación. Una Cruz de pesado metal que se encontraba en las proximidades fue totalmente doblada por la explosión, y se guarda como testimonio en el templo. Sin embargo, el cristal que protegía la Tilma no se rompió, teniendo en cuenta que en aquella época no había cristales antibala.
  • Un estudio revela que en los ojos de la Virgen se encuentran reflejados los testigos del milagro guadalupano, el momento en que Juan Diego mostraba el ayate al obispo. Los ojos de la Virgen tienen así el reflejo que hubiera quedado impreso en los ojos de cualquier persona en esa posición.

 

La ciencia moderna se queda sin explicaciones ante los misterios de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Una tilma que no se corrompe. Unos colores que no fueron pintados. Una pupila que contiene toda la escena y todas las personas del momento del milagro. Estamos ante una imagen que ni el tiempo ni los atentados de hombres han podido vencer.

Hay quienes dicen incluso, que se puede observar a una famiia entera; lo que han interpretado muchos como la unión familiar primordial para la llamada “Morenita”.

 

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