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Los renglones torcidos del sindicalismo #ElOpinador

El sindicalismo debería ser una herramienta que protegiera los derechos laborales en función de los cambios políticos, económicos y sociales del país

El sindicalismo surge principalmente durante la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la revolución industrial ofrecía a un pequeño grupo de privilegiados, importantes ganancias a través de las máquinas y a costa del proletariado.

Obreros con jornadas excesivas de trabajo, sueldos insuficientes y pocas perspectivas de crecimiento. 

En México, si bien no teníamos una industria boyante, si copiábamos en algunos sectores, los vicios de otra partes del mundo.

Patrones ambiciosos que mantenían a la clase trabajadora en condiciones infrahumanas. Sin el mayor interés en su higiene, seguridad, salud y ni qué decir de sus derechos laborales o condiciones de trabajo.  

Es en este ambiente donde surgen las primeras organizaciones a favor de los trabajadores. En 1872 se crea el círculo de obreros, la primer asociación de tipo profesional que dos años más tarde ya contaba con 8 mil agremiados.

Para 1874 se funda la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Estados Unidos Mexicanos, y con ello se abre la puerta a un centenar de movimientos sindicales que de los años 30 a los 80, vivieron grandes logros, muchos de los cuales quedaron plasmados en la Ley Federal del Trabajo en defensa de los derechos laborales.

Pero ¿Qué es un sindicato? El artículo 356 de la Ley Federal del Trabajo, en el Capitulo 2, estipula que un sindicato es la asociación de trabajadores o patrones, constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses comunes.

Una herramienta que protegiera los derechos laborales en función de los cambios políticos, económicos y sociales del país.

Preceptos que se han ido fortaleciendo o desvariando según el paso de los años, pues no debemos olvidar que hubo un tiempo en que los sindicatos eran vistos también como símbolos de apoyo y poder para legitimar causas o gobiernos.

Una labor de unos cuantos que ha provocado que un sector de la población vea a estas agrupaciones carentes de transparencia, sin representación para sus trabajadores o con líderes que se perpetúan en sus cargos y son señalados por corrupción, trafico de influencias o enriquecimiento. 

Por lo pronto esta semana se ha dado un buen paso para la corrección del rumbo. Ojalá estemos ante un cambio verdadero, en donde el sindicalismo sólo se preocupe por el trabajador, deje de privilegiar a las urnas y exponga a aquellos que buscan sacar partido del trabajo honesto de los demás.

Una pena para quien quiera vivir de la hoja de Maple y sin duda, la tristeza de muchas mascotas que  ahora tendrán que viajar en clase turista, como todos los demás.

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