
La vedette Lyn May confesó que tras la muerte de su esposo lo desenterró para llevarlo a su casa, donde pasó cuatro días abrazándolo y durmiendo con él.
Lyn May, una de las figuras más reconocidas del cine de ficheras y también famosa por sus declaraciones polémicas, volvió a generar impacto al compartir una experiencia personal que dejó atónitos a sus seguidores. La actriz reveló que, tras el fallecimiento de su esposo Antonio Chi-Xuo, tomó una decisión extrema que hoy divide opiniones: desenterró su cuerpo para llevarlo de regreso a casa y pasar tiempo con él.
En una entrevista reciente que circula en redes sociales, la vedette explicó que la ausencia de su pareja fue un golpe emocional tan fuerte que buscó una manera de sentirlo cerca de nuevo. “Tú sabes que cuando hay dinero se presta a todo, se consigue todo lo que uno quiere”, declaró al narrar cómo logró tener acceso al cuerpo.
Según relató, el hecho ocurrió apenas un día después del entierro. “Al día siguiente, pero lo bueno es que ya ves que le quitan todo, no pasaba nada, quedó como vivo”, afirmó. Durante ese tiempo, Lyn May dormía abrazada al cadáver y mantenía conversaciones con él, como si la vida cotidiana continuara. “Así estaba abrazada, acostada con él… mi familia no dormía, no descansaba por estarme cuidando porque pensaba que estaba yo enferma de la cabeza”, añadió.
Te puede interesar: Lyn May sorprende con nuevo rostro
La artista contó que fue su madre quien le pidió poner fin a la situación, preocupada por la reacción de los vecinos y el efecto que podía tener en la familia. Finalmente, después de cuatro días, aceptó regresar el cuerpo al panteón. “Fueron 4 días después de traerlo”, recordó.
Su testimonio no tardó en hacerse viral, provocando reacciones encontradas en internet. Mientras algunos calificaron su conducta como perturbadora y fuera de lugar, otros señalaron que se trató de una expresión extrema de dolor y apego. Para Lyn, fue una manera de despedirse en sus propios términos. “Fue la única forma que encontré para despedirme”, concluyó.