
Emmanuel Macron designó nuevamente a Sébastien Lecornu como primer ministro mientras Francia enfrenta una crisis política y amenazas de censura en el Parlamento
El presidente francés Emmanuel Macron sorprendió nuevamente al nombrar este viernes a Sébastien Lecornu como primer ministro, apenas días después de que su dimisión aumentara la inestabilidad política que afecta al país desde 2024. La decisión ocurre en un contexto complejo, con una Asamblea Nacional dividida y sin mayorías claras, donde la oposición advierte sobre posibles censuras que podrían truncar el gobierno.
Lecornu, de 39 años, se describe a sí mismo como un “monje soldado” y asume la misión de conseguir apoyo parlamentario para aprobar los presupuestos de 2026 y tratar de estabilizar las arcas públicas, muy endeudadas. En su cuenta de X, expresó: “Acepto, por deber, la misión que me confió el presidente”, pese a haber asegurado previamente que no buscaba el cargo.
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La crisis comenzó tras las elecciones adelantadas de 2024, convocadas por Macron sin consultar a sus aliados, que dejaron un Parlamento fragmentado en tres bloques: izquierda, centroderecha y ultraderecha. Dos primeros ministros anteriores, Michel Barnier y François Bayrou, fueron destituidos cuando intentaron aprobar presupuestos, lo que refleja la dificultad de gobernar sin mayorías claras.
El lunes anterior, Lecornu había presentado su gabinete y dimitió apenas 14 horas después debido al descontento de Los Republicanos, su socio conservador. Luego de consultas con los partidos políticos, aseguró al presidente que era posible conformar un gobierno que busque estabilidad y apruebe las cuentas para 2026. Una reunión de más de dos horas el viernes entre Macron y líderes políticos mostró que existía “un camino posible para tejer compromisos” y evitar un adelanto legislativo, según fuentes cercanas al Ejecutivo.
Sin embargo, la composición del gabinete y las alianzas que Lecornu pueda formar siguen siendo inciertas. La oposición ya amenazó con censurar al nuevo gobierno. “Todo va a terminar muy mal”, advirtió Marine Tondelier, líder ecologista, mientras que la ultraderecha y la izquierda radical criticaron el nombramiento. Manuel Bompard calificó la decisión como “un nuevo corte de mangas de un irresponsable ebrio de poder”.
Lecornu, por su parte, afirmó que su gobierno debe reflejar “renovación” y que sus miembros no buscarán la presidencia de 2027. Según un colaborador cercano, el primer ministro tendrá “carta blanca” para negociar con los partidos y definir la composición del gabinete. Además, precisó que todos los asuntos tratados en las consultas permanecerán abiertos al debate parlamentario, incluyendo la polémica reforma de las pensiones implementada por decreto en 2023, que retrasó la edad de jubilación de 62 a 64 años.
La tarea principal del gobierno será lograr aprobar rápidamente los presupuestos de 2026 y asegurar una mayoría suficiente para sanear las finanzas públicas, con una deuda que alcanzó el 115.6 por ciento del PIB en junio, según cifras oficiales. El nombramiento de Lecornu refleja tanto la confianza de Macron en su aliado como los desafíos de gobernar en un país marcado por la fragmentación política y la presión de una oposición firme y dividida.