
Lizette Farah, madre de Paulette, demandó a Netflix y a Dinamo por daño moral y uso indebido de su imagen tras la serie basada en el caso
La acción legal sostiene que la producción utilizó el nombre, la imagen y la historia personal de Farah sin autorización, lo que, de acuerdo con la demanda, le ha generado afectaciones profundas en los ámbitos personal, familiar y profesional. Entre los señalamientos se incluyen daño moral y patrimonial, además del uso no consentido de su identidad.
El abogado José Manzo, representante legal de Farah, afirmó que la serie reabrió una herida que su clienta había intentado cerrar. “Se le ha revictimizado. Ha recibido una avalancha de mensajes, correos y ataques en redes sociales. A raíz de esto ha perdido negocios, oportunidades profesionales y su vida cotidiana se ha visto gravemente afectada”, explicó.
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La defensa sostiene que la difusión de la serie provocó un nuevo ciclo de exposición pública que ha derivado en hostigamiento y rechazo social. Manzo detalló que incluso personas jóvenes, que no vivieron el caso en su momento, hoy identifican a Farah a partir de la producción, lo que ha incrementado su vulnerabilidad.
El impacto, señaló, también se refleja en el día a día. “Ha tenido experiencias desagradables, como notar actitudes hostiles en lugares públicos. Eso genera paranoia: ‘¿Y si me reconocen? ¿Y si alguien quiere hacerme daño?’”, indicó. Añadió que existe el temor de que alguien, influido por la narrativa de la serie, intente confrontarla. “Existe el miedo de que alguien quiera hacerse justicia por su cuenta. Esto ya no es una vida normal, no solo para ella, sino también para su familia y su otra hija”, afirmó.
Otro de los ejes de la demanda es la forma en que Farah fue retratada en la serie, donde el personaje fue interpretado por Verónica Bravo. Según la defensa, la caracterización fue exagerada y dramatizada, con rasgos que rozan lo satírico. Manzo cuestionó que proyectos de este tipo se realicen sin solicitar permisos previos y subrayó que Farah no es una figura pública, por lo que su derecho a la privacidad debe prevalecer.
“La ley permite reclamar hasta el 40% de las ganancias de la serie como reparación del daño. Demandar por daño moral y a la imagen es un derecho humano”, sostuvo. Detalló que su clienta conoció la serie tiempo después de su estreno, durante la pandemia, y que buscó retirarla sin éxito, lo que derivó en acciones legales por la vía civil y de propiedad intelectual.
Entre los elementos que la defensa considera relevantes está la inclusión, en los créditos finales, de imágenes reales de Farah junto a la actriz que la interpreta, así como la recreación detallada de espacios íntimos del entorno familiar. Por ahora, precisó, no se han iniciado acciones legales en nombre de la otra menor para evitarle mayores afectaciones.







