
Meses antes del asesinato de un alumno en el CCH Sur, los docentes advirtieron sobre inseguridad en el plantel, pero sus peticiones quedaron sin respuesta
Profesores del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur habían advertido desde abril pasado sobre el clima de inseguridad en el plantel. A través de un oficio entregado a la dirección, con acuse de recibido tanto de la Rectoría como de la Secretaría General del CCH, expusieron una serie de agresiones ocurridas en meses previos y plantearon acciones para evitar un escenario crítico.
El documento proponía reforzar la vigilancia, sancionar ataques contra docentes, instalar cámaras de videovigilancia y activar protocolos de emergencia. Los maestros señalaron entonces que las agresiones hacia alumnos y profesores se volvían recurrentes y que la falta de medidas ponía en riesgo a toda la comunidad. Sin embargo, las advertencias fueron desatendidas.
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La tragedia llegó la semana pasada: un estudiante perdió la vida dentro del plantel y un trabajador resultó herido, hecho que detonó indignación entre profesores, estudiantes y familias. El reclamo principal es que no puede hablarse de un regreso a clases sin compromisos claros y verificables de seguridad.
En una asamblea virtual realizada este martes, que reunió a alrededor de 250 docentes y se prolongó por casi tres horas, los participantes coincidieron en que la crisis pudo haberse evitado si se hubieran atendido las demandas expresadas meses atrás.
Entre las medidas que los profesores plantearon destacan credencialización obligatoria para ingresar, instalación de torniquetes y detectores de metales, protocolos claros de evacuación, mayor profesionalización del personal de vigilancia y un sistema de monitoreo de amenazas en redes sociales. También solicitaron apoyo psicológico para alumnos y docentes como parte de la estrategia de prevención.
Si bien algunos académicos advirtieron sobre el riesgo de que estas medidas puedan “criminalizar” a los estudiantes, el consenso fue que el plantel no puede reabrir sus puertas sin condiciones mínimas de seguridad.
Los docentes también denunciaron que en las reuniones más recientes con las autoridades educativas fueron marginados, lo que profundizó el sentimiento de exclusión. Uno de ellos resumió el malestar colectivo al señalar: “Fuimos olímpicamente ignorados”.