
Entre las víctimas se incluyen cinco personas que fallecieron al estrellarse un helicóptero de rescate debido a las malas condiciones climáticas.
En tan solo 24 horas, intensas lluvias monzónicas en Pakistán han causado la muerte de más de 200 personas, según el informe más reciente de las autoridades difundido este viernes.
Pakistán, el quinto país más poblado del mundo, se encuentra entre los más expuestos a las consecuencias del cambio climático. En años recientes, sus más de 255 millones de habitantes han enfrentado inundaciones masivas, desbordamientos de lagos glaciares y periodos prolongados de sequía. Expertos advierten que estos eventos extremos aumentarán en frecuencia e intensidad como resultado del calentamiento global.
Las lluvias más severas se concentraron en varios distritos de la provincia montañosa de Khyber-Pakhtunkhwa, en la frontera con Afganistán, donde se reportaron al menos 180 muertes. En el distrito de Buner, una docena de aldeas sufrieron graves afectaciones, con múltiples viviendas, escuelas y edificios públicos dañados.
En la localidad de Salarzai, ubicada en Bajaur, la acumulación repentina de lodo sepultó todo a su paso. Excavadoras trabajan para despejar el terreno, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona, ahora transformada en un río fangoso donde antes se levantaban casas de adobe destruidas por el alud.
Un segundo helicóptero modelo MI-17, de origen soviético, que transportaba víveres y equipos de auxilio, se desplomó por las malas condiciones climáticas antes de llegar a Bajaur, según informó el ministro jefe de la provincia, Ali Amin Gandapur. Como respuesta, la autoridad provincial de gestión de desastres declaró en emergencia varios distritos y envió más equipos de rescate a zonas de difícil acceso por su geografía accidentada.
Además, nueve personas perdieron la vida en la Cachemira controlada por Pakistán, mientras que en la región del Himalaya administrada por India se han contabilizado al menos 60 muertes y unas 80 personas siguen desaparecidas. En Gilgit-Baltistán, al norte del país y hogar de algunas de las montañas más altas del mundo, también se reportaron cinco fallecimientos.
Desde el inicio de la temporada de monzones, calificada como “atípica” por las autoridades, han muerto al menos 507 personas, incluyendo alrededor de 100 menores, y más de 760 han resultado heridas. Cerca del 75% de las víctimas fallecieron debido a inundaciones súbitas o al colapso de viviendas; otro 10% murieron por descargas eléctricas o impactos de rayos.
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De acuerdo con Syed Muhammad Tayyab Shah, representante de la autoridad nacional de manejo de desastres, gran parte de las muertes se deben a la mala calidad estructural de muchas construcciones.
Ante la situación, el gobierno ha emitido recomendaciones para evitar viajes al norte del país, una región popular entre turistas y alpinistas durante el verano.
Este año, las condiciones climáticas han alcanzado niveles récord. En julio, la provincia de Punyab, donde reside casi la mitad de la población, registró un aumento del 73% en las precipitaciones en comparación con el mismo mes del año anterior, superando en ese solo mes el número de muertes de toda la temporada de monzones previa.
Los monzones, que se extienden de junio a septiembre, representan entre el 70% y el 80% de las lluvias anuales en el sur de Asia. Aunque son fundamentales para la agricultura de millones de personas en una región de cerca de 2 mil millones de habitantes, también pueden provocar desastres devastadores, como ocurrió en 2022, cuando un tercio del territorio pakistaní se vio afectado por lluvias extremas que causaron la muerte de unas 1,700 personas y enormes pérdidas agrícolas.