
Un médico en Pensilvania fue acusado de abusar de pacientes en rehabilitación, aprovechando su poder sobre tratamientos esenciales para manipular y extorsionar
En Pensilvania, un médico de 63 años identificado como Christopher J. Davis ha sido acusado de múltiples delitos relacionados con el abuso sexual de pacientes que acudían a tratamiento por adicciones. Las autoridades detallan que Davis utilizaba su posición en un centro de rehabilitación y en su consulta privada para aprovecharse de mujeres en situaciones vulnerables, ofreciendo o condicionando tratamientos médicos esenciales a cambio de favores sexuales.
La Oficina del Fiscal General de Pensilvania presentó 92 cargos contra Davis, entre ellos violación, extorsión sexual, uso indebido de sustancias controladas y fraude. La conducta denunciada habría ocurrido entre 2021 y 2024, afectando al menos a cuatro mujeres.
De acuerdo con las investigaciones, el acusado solicitaba actos sexuales y fotografías íntimas para continuar recetando metadona, una sustancia fundamental en el tratamiento de dependencia a opioides. En caso de negativa, amenazaba con interrumpir el tratamiento, poniendo en riesgo el proceso de recuperación de las pacientes.
Te puede interesar: Excirujano abusó de 299 pacientes y amigos de sus hijos
Una de las víctimas relató que Davis la besó sin consentimiento y la acosó posteriormente mediante mensajes con solicitudes de contenido íntimo. Otras afirmaron que el médico les proporcionaba drogas o dinero para adquirir sustancias ilícitas, incentivando su adicción. Incluso prescribía medicamentos contraindicados o fomentaba el consumo de alcohol durante la terapia.
El fiscal general Dave Sunday calificó las acciones del médico como una traición imperdonable a la confianza depositada por personas que buscaban ayuda: “Las personas que buscan mejorar sus vidas a través del tratamiento deben ser celebradas y apoyadas, no ser objeto de depredación y explotación”.
El caso actual no representa el primer comportamiento reprobable en la carrera de Davis. En el año 2000, fue suspendido por dos años luego de un incidente en el que manipuló el cuerpo sin vida de una paciente, simulando que hablaba como si fuera una marioneta. El acto fue presenciado por personal médico, quienes lo reportaron por conducta inapropiada. El informe disciplinario describe: “El Dr. Davis revisó los signos vitales de la paciente y la declaró muerta. La colocó en posición sentada, le movió la mandíbula con la mano y dijo: ‘Hola, ¿cómo estás?’ o algo similar”.
Además de este perturbador antecedente, Davis ha sido investigado previamente por el robo de medicamentos y otras conductas éticamente cuestionables en su ejercicio profesional. Su historial plantea serias dudas sobre los controles institucionales para prevenir este tipo de abusos.
El médico fue arrestado el 30 de abril de 2025 y permanece recluido en la cárcel del condado de York con una fianza de un millón de dólares. Su audiencia preliminar está programada para el 28 de mayo. Las autoridades han pedido a cualquier persona con información adicional que se comunique con el Departamento del Fiscal General. Paralelamente, se ha habilitado un programa de apoyo para garantizar atención médica a las posibles víctimas afectadas por la suspensión del acusado.
El caso ha despertado indignación pública y pone nuevamente en la mira la necesidad de mayores controles y vigilancia en instituciones de salud mental y adicciones, donde los pacientes suelen encontrarse en condiciones de extrema vulnerabilidad.