
El sistema de rastreo satelital para embarcaciones menores aún no entra en operación, pese a los compromisos adquiridos por el gobierno mexicano ante CITES.
A casi un año del plazo fijado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), México sigue sin implementar los sistemas de rastreo satelital en embarcaciones menores del Alto Golfo de California, una medida clave para evitar la pesca ilegal en el hábitat de la vaquita marina.
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De acuerdo con el Plan de Acción de Cumplimiento presentado por el gobierno mexicano para evitar sanciones internacionales, el sistema debía estar operativo desde el 30 de mayo de 2024. Sin embargo, información oficial revela que el proyecto apenas se encuentra en fase de instalación y desarrollo.
Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la plataforma tecnológica —encabezada por la Secretaría de Marina (Semar) y la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca)— concluyó su etapa de desarrollo en septiembre de 2024. Desde entonces, se adquirieron 850 terminales de posicionamiento y, hasta mayo de 2025, se continúa con la configuración de chips y la gestión del servicio satelital para su implementación.
Durante una reunión del Grupo Intragubernamental sobre la Sustentabilidad en el Alto Golfo de California, celebrada en marzo, el titular de Conapesca, Alejandro Flores Nava, reconoció que aún no se cuenta con los recursos necesarios para instalar los kits en las embarcaciones. Señaló que la Semar será la instancia encargada de colocar los equipos, cuyo objetivo es evitar incursiones en zonas restringidas de pesca.
Críticas a la gestión
Organizaciones ambientalistas han manifestado su preocupación ante los retrasos. Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica (CDB), cuestionó la falta de avances en una medida técnica sencilla como la geolocalización de pangas. Recordó que, hasta 2018, más de 900 embarcaciones ya contaban con dispositivos de la empresa Pelagic Data Systems, los cuales dejaron de operar por falta de pagos gubernamentales.
Olivera también advirtió sobre la falta de validación técnica del sistema actual, desarrollado por la Semar y apodado informalmente como los “GPS del Bienestar”, y propuso que la plataforma sea de acceso público para garantizar transparencia y monitoreo ciudadano.
Tecnología limitada
La cobertura de vigilancia también ha sido puesta en duda. La organización Cetáceos, Acción y Transformación, alertó en agosto de 2024 sobre las limitaciones del radar terrestre RINUS, también desarrollado por la Semar. Aunque este instrumento fue instalado en San Felipe en 2022, su alcance de 120 kilómetros apenas cubre una fracción de las zonas protegidas, como la llamada Zona de Tolerancia Cero (225 km²) y la Zona de Refugio de la Vaquita Marina (1,841 km²).
Con los sistemas de rastreo aún pendientes y el monitoreo por radar insuficiente, el cumplimiento de México ante CITES sigue en entredicho, mientras la vaquita marina continúa en estado crítico de conservación.
Con información de Excelsior