
Expertos advierten que su alto contenido de sodio y aditivos puede afectar la salud, sobre todo en niños y jóvenes.
Más de 4.5 millones de sopas instantáneas se consumen cada día en México, alertan especialistas
El consumo de sopas instantáneas en México sigue creciendo de forma preocupante. De acuerdo con datos del Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), diariamente se consumen más de 4.5 millones de porciones de este producto ultraprocesado, particularmente entre niños y adolescentes de 8 a 18 años.
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Si bien su bajo costo y sabor las hacen populares, especialistas en nutrición advierten que su consumo frecuente puede traer consecuencias negativas para la salud, ya que estas sopas ofrecen pocos nutrientes y están cargadas de sodio, aditivos y grasas.
Los expertos señalan que incluirlas con frecuencia en la dieta puede reducir la ingesta de nutrientes esenciales como proteínas, calcio, hierro, potasio, fibra y vitaminas A y C, lo que afecta directamente el desarrollo y bienestar de quienes las consumen de forma habitual.
Entre sus ingredientes se encuentran saborizantes como glutamato monosódico, inosinato, guanilato de sodio, extracto de levadura y proteína hidrolizada de soya, compuestos que, aunque permiten realzar el sabor, también pueden causar efectos adversos cuando se ingieren de forma recurrente.
Un análisis realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló que algunas marcas también contienen azúcares añadidos (como glucosa, fructosa o lactosa), aceites vegetales, grasas de origen animal y otros componentes poco recomendables en una dieta equilibrada.
Uno de los mayores riesgos es su contenido de sodio. Algunas sopas llegan a tener hasta 2,700 miligramos por porción, lo cual supera el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (2,000 miligramos al día), aumentando el riesgo de padecer hipertensión o problemas renales.
Además, un artículo publicado en la revista Nutrition Research and Practice encontró que el consumo habitual de este tipo de productos se asocia con niveles elevados de triglicéridos, presión arterial diastólica alta y alteraciones en la glucosa en ayuno.
Especialistas hacen un llamado a reducir su consumo y a fomentar hábitos alimenticios más saludables, especialmente en niños y jóvenes, quienes se encuentran entre los principales consumidores de este tipo de productos en el país.
Con información de Excelsior