
La víctima, con quemaduras graves y tatuajes como únicas señas de identidad, sigue sin ser reconocida oficialmente.
Una semana después de la tragedia en el Puente de La Concordia, en Iztapalapa, aún persisten incógnitas sobre una de las víctimas de la explosión de la pipa de gas LP que transportaba casi 50 mil litros de combustible y que dejó 19 muertos y más de 90 heridos.
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Entre las historias más conmovedoras está la de la llamada “Mujer del tatuaje Laurel”, quien fue rescatada con quemaduras en más del 80% de su cuerpo y trasladada en estado crítico al Hospital Magdalena de las Salinas. La falta de documentos complicó su identificación: únicamente dos tatuajes ofrecieron pistas, uno con la palabra “Laurel” en el brazo derecho y otro en forma de corazón en la espalda.
Desde entonces, su identidad ha estado rodeada de versiones encontradas. Algunas fuentes señalan que habría muerto en el hospital sin que nadie la reclamara; otras, que sigue hospitalizada luchando por su vida. Incluso su edad resulta incierta, pues las heridas hicieron imposible reconocer su rostro.
Una de las hipótesis es que se tratara de una joven en situación de calle que vivía en la zona del accidente. Sin embargo, Belem Guarneros sostiene que podría tratarse de su hermana Verónica Guarneros Martínez, de 21 años, pues los tatuajes coinciden con los que ella tenía.
Las autoridades aún no han confirmado de manera oficial la identidad mediante pruebas de ADN ni han emitido un informe definitivo sobre la mujer, cuya historia refleja la tragedia humana detrás del siniestro.
Con información de Excelsior







