
La medida se aplicará durante todo el sexenio y deja fuera a 25 senadores con ambiciones estatales.
En una decisión estratégica para evitar que la presidencia del Senado se utilice como plataforma política rumbo a una gubernatura, el grupo parlamentario de Morena acordó que ningún legislador con aspiraciones a contender por el gobierno de su estado podrá encabezar la Mesa Directiva durante este sexenio.
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La medida, avalada recientemente por la mayoría morenista en la Cámara alta, tiene efectos inmediatos y se mantendrá vigente hasta 2030. Con ello, al menos 25 senadores y senadoras quedan excluidos de la posibilidad de presidir el Senado, salvo que renuncien a sus intenciones electorales.
Aunque el acuerdo tiene implicaciones específicas hacia 2027 —año en que se renovarán varias gubernaturas—, el criterio aplicará en todas las elecciones estatales que se realicen en lo que resta del sexenio. La resolución alcanza también a senadores afiliados a Morena que militan en otras bancadas, como el caso de Waldo Fernández, integrante de la fracción del Partido Verde.
Renuncias anticipadas
Tras la aprobación de esta nueva línea política interna, las senadoras Imelda Castro (Sinaloa) y Ana Lilia Rivera (Tlaxcala), quienes se perfilaban como posibles presidentas del Senado para el próximo periodo legislativo, anunciaron que no buscarán ese cargo. Lo mismo ha ocurrido con Andrea Chávez, quien ha manifestado interés en competir por la gubernatura de Chihuahua.
Otros legisladores morenistas con aspiraciones estatales incluyen a Julieta Ramírez (Baja California), Homero Davis (Baja California Sur), y varios más en entidades como Michoacán, Zacatecas, Guerrero, Sonora, y Nuevo León. En total, se identifican más de una veintena de senadores con ambiciones ejecutivas locales.
Control continuo de Morena
Desde su llegada al poder, Morena ha mantenido un control ininterrumpido de la presidencia del Senado. Desde 2018, siete legisladores del partido han ocupado esa posición, y se prevé que la racha continúe hasta el final de la LXVII Legislatura, sin ceder espacio a la oposición ni a sus aliados, como ocurrió anteriormente con el PRI, que en su momento permitió a perredistas y ecologistas encabezar la Cámara alta.
Entre quienes han presidido el Senado por Morena destacan Martín Batres, Olga Sánchez Cordero y Alejandro Armenta, este último recientemente electo gobernador de Puebla. La actual presidenta, Ana Lilia Rivera, se perfila para concluir su gestión en agosto. A partir del 1 de septiembre, será una mujer quien asuma la presidencia, aunque aún no se define el nombre, tras la declinación de las aspirantes con intereses estatales.
Futuras contiendas
La nueva regla de Morena afecta no solo los planes inmediatos, sino también los de mediano plazo. Para las elecciones estatales de 2028 y 2029 ya se mencionan nombres como Nora Ruvalcaba (Aguascalientes), Margarita Valdez (Durango), Susana Harp (Oaxaca), y Luis Fernando Salazar (Coahuila), entre otros.
Cabe destacar que esta normativa no impacta a senadores de otras fuerzas políticas, como Geovanna Bañuelos (PT, Zacatecas), Ruth González (PVEM, San Luis Potosí) y Ana Karen Hernández (PT, Colima), quienes también buscan competir por alguna gubernatura.
Con esta decisión, Morena establece un precedente al condicionar el acceso a cargos de alta visibilidad dentro del Congreso a la neutralidad electoral, al menos durante el sexenio actual.
Con información de Excelsior