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Mueren cuatro “cascos azules” en Mali por ataque con bomba

Cuatro miembros de la misión de paz de la ONU en Mali han muerto y otros tantos han resultado heridos graves por la explosión de un artefacto explosivo al paso de su vehículo al norte del país africano

Cuatro “cascos azules” de Naciones Unidas fallecieron hoy y otros cuatro resultaron heridos por la explosión de un artefacto explosivo al paso de su vehículo, informó la organización. El balance del suceso es por ahora provisional, según dijo a los periodistas el portavoz Stéphane Dujarric, durante su conferencia de prensa diaria.

Dujarric dijo que el secretario general de la ONU, António Guterres, condena lo ocurrido y traslada sus condolencias a los familiares de las víctimas. Según la operación de Naciones Unidas en Mali (Minusma), una mina o un artefacto explosivo golpeó un vehículo de la misión en la región de Mopti.

Esa zona, situada en el centro del país, se ha visto muy afectada por el terrorismo yihadista en los últimos años y es un ejemplo de la inestabilidad y la inseguridad que azotan a Mali en la actualidad.

La Minusma, que no precisó la nacionalidad de las víctimas, dijo que además de cuatro muertos hay otros cuatro heridos graves, que han sido evacuados, mientras que el jefe de la misión, Mahamat Saleh Annadif, recordó en un comunicado que la Minusma y sus socios están reforzando actualmente su dispositivo de seguridad en el centro de Mali.

“Acorralados, los terroristas multiplican sus ataques de una bajeza despreciable”, aseguró, al tiempo que subrayó que Naciones Unidas va a seguir trabajando con determinación para cumplir con su cometido.

La ONU tiene desplegados en Mali cerca de 15,000 efectivos entre militares, policías y civiles, y dicha misión se ha convertido en los últimos años en la más peligrosa de todas las que Naciones Unidas tiene desplegadas en el mundo y sufre de manera casi continua ataques de los grupos terroristas vinculados a Al Qaeda que operan en el país.

La situación en Mali es inestable desde el golpe de Estado de 2012, cuando grupos tuareg rebeldes, junto a organizaciones yihadistas, se hicieron con el control del norte del país durante diez meses.

Los yihadistas fueron teóricamente expulsados gracias a una intervención internacional encabezada por Francia en enero de 2013, pero extensas zonas del país siguen escapando al control del Estado, de lo que se aprovechan grupos terroristas que perpetran ataques contra las fuerzas malienses y efectivos de la Minusma.

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