
Una mujer encontró una boa constrictor oculta en su camioneta y condujo desde Ixtapaluca, Estado de México, hasta Ciudad de México para pedir ayuda
Una mujer vivió momentos de angustia al detectar una serpiente dentro de su camioneta recién comprada, lo que la llevó a manejar desde su domicilio en Ixtapaluca, Estado de México, hasta la agencia automotriz en la Ciudad de México donde adquirió el vehículo para buscar auxilio.
Según relató, tras la compra del vehículo en una agencia ubicada en la colonia Barrio San Bernabé, alcaldía Azcapotzalco, la mujer se dirigió a su hogar en Edomex. Allí, algunos vecinos la alertaron sobre la presencia de una serpiente que se había ocultado en la parte trasera de su camioneta, específicamente al costado del tanque de gasolina.
Ante esta situación decidió regresar a la agencia para solicitar apoyo para retirar al reptil. Al llegar, el personal técnico realizó una inspección y confirmó que el animal se encontraba dentro del depósito de combustible. Sin embargo, optaron por no intervenir directamente por temor a que fuera venenosa, por lo que pidieron la colaboración de la Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX.
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Poco después llegó una unidad especializada de la Brigada de Vigilancia Animal, que aplicó métodos adecuados para capturar a la serpiente desde la parte superior del vehículo. Para lograrlo, desmontaron el asiento trasero y retiraron la tapa de la bomba de gasolina, encontrando a la boa constrictor enrollada en el interior.
El reptil, que medía aproximadamente 1.5 metros, fue cuidadosamente extraído con una varilla de contención y trasladado en un contenedor plástico a las instalaciones del grupo especializado en Xochimilco. Allí fue evaluado por veterinarios zootecnistas con la intención de garantizar su bienestar antes de su liberación en su hábitat natural.
La boa constrictor es una especie no venenosa que habita principalmente en América Central y del Sur, adaptándose a diversos ecosistemas desde selvas tropicales hasta zonas semiáridas. Estos reptiles miden entre 2 y 4 metros y se alimentan por constricción, atrapando a sus presas con su cuerpo hasta asfixiarlas.
Son animales mayormente nocturnos, solitarios y ovovivíparos, capaces de dar a luz a entre 10 y 60 crías tras una gestación que puede durar hasta ocho meses. Aunque no representan un peligro significativo para humanos, su presencia en zonas urbanas puede generar alarma, especialmente cuando se encuentran en vehículos u hogares.
En Colombia y otras regiones donde se comercializan como mascotas exóticas, requieren cuidados especializados, y algunas subespecies enfrentan amenazas por la pérdida de hábitat y el tráfico ilegal. Por ello, la intervención de grupos especializados en fauna silvestre es fundamental para manejar situaciones como la descrita y proteger tanto a las personas como a los animales.