
En Iowa, una mujer fue arrestada tras pedir a clientes de una gasolinera que soplaran en su alcoholímetro para encender el auto, pese a su prohibición
Una escena poco común terminó en arresto en North Liberty, Iowa. Una mujer fue acusada de intentar que otras personas hicieran trampa en su dispositivo de bloqueo de encendido, conocido como alcoholímetro interlock, con el fin de poder manejar su vehículo.
El incidente se registró el 4 de julio en una gasolinera local. Testigos reportaron que Kristin State, de 34 años, solicitaba a clientes que soplaran en el aparato instalado en su coche. Dicho sistema solo permite encender el motor si detecta ausencia de alcohol en el conductor.
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Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron a la mujer dentro de su auto, con el motor en marcha y sin acompañantes. De acuerdo con la denuncia penal, los policías percibieron un fuerte olor a alcohol, además de notar sus ojos rojos y dificultad para hablar.
Aunque la conductora negó haber bebido, accedió a realizar pruebas de sobriedad en campo. Según el expediente, no aprobó dos de ellas y mostró señales claras de incapacidad en las restantes. Posteriormente, una medición oficial reveló un nivel de alcohol en sangre de 0.351, muy por encima del límite permitido por la ley.
La situación derivó en múltiples cargos: manejar bajo los efectos del alcohol (OWI), conducir con licencia revocada o denegada, y manipular o intentar eludir el dispositivo de bloqueo interlock.
Este aparato, diseñado como medida de seguridad para evitar que personas con antecedentes conduzcan en estado de ebriedad, fue justamente el que expuso la infracción. Según el reporte, la mujer intentó que otros completaran la prueba para evadir la restricción impuesta por la justicia.
Los documentos judiciales también revelan que Kristin State no es ajena a este tipo de problemas legales. Registra tres condenas previas por OWI en los últimos 12 años, lo que agrava su situación actual y fortalece la acusación por reincidencia.
Tras su detención, fue trasladada a la cárcel del condado de Johnson, donde quedó bajo custodia. El caso continúa en proceso, mientras medios locales destacan lo inusual del intento de burlar un sistema diseñado precisamente para prevenir este tipo de conductas.