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Murió Joaquín Urrea, por él es el odio entre Pumas y Águilas

El árbitro Joaquín Urrea se ganó el odio de los fanáticos de Pumas en la final de la campaña 84-85

El trabajo que realizó Joaquín Urrea en la cancha durante la final del torneo 1984-1985 marcó al silbante durante toda su carrera y hasta su muerte la cual llegó el pasado lunes, a los 80 años.

Si existe un odio por parte de los Pumas de la UNAM hacia el América se debe a esa final que perdieron y que hasta la fecha siguen señalando como culpable a Joaquín Urrea.

Marcó un penal a favor del América, pero después, en una jugada similar, no señaló a favor de los Pumas. Su estela fantasmagórica en la coronación de las Águilas fue el punto de una final larguísima, llevada al extremo de tres partidos.

Si un árbitro se deja comprar, lo hace para toda la vida. Si lo hizo el América, qué seguridad tendrían ellos mismos más adelante que no me compraría otro rival”, dijo a Excélsior en entrevista en mayo de 2015.

Su nombre es aborrecido por la afición de los Pumas, sobre todo porque aquel equipo de la 84-85 jugaba a todo pulmón.

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Esa final estaba elevada en temperatura, muy caliente en muchos aspectos, incluso con el de la muerte, cuando más de 10 personas murieron asfixiadas en el túnel 29 del estadio Olímpico por el sobrecupo en el juego de vuelta.

Hay dos versiones, una es que el tercer partido lo pitaría Antonio R. Márquez, pero que cambiaron de último momento. La otra es que Urrea recibió la designación el domingo por la noche al concluir el juego de vuelta y que viajó por carretera con Arturo Brizio a Querétaro.

Nunca pudo quitarse la etiqueta de que fue comprado por el América, aunque con el paso de los años, no se descubrió ningún soborno. “Cuando vieron los directivos de Pumas que era yo, me saludaron. Arnoldo Levinson estaba feliz. Cuando se cambió todo por una carta del presidente de la Femexfut, Rafael del Castillo, comenzaron a decirle de groserías a Urrea”, dijo Antonio R. Márquez, en septiembre de 1988 a La Jornada. Urrea se defiende: “Toño era muy mentiroso y envidioso. ¿Qué ganaban los directivos de Pumas insultándome antes del juego?”.

Con información de Excélsior

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